Descargue Carmesí

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Carmesí es un libro ilustrado de Microcuentos, disponible bajo licencia Creative Commons 4.0 (CC,BY) escrito por Jorge Urrea. Siéntase libre de Descargarlo y compartirlo

Podcast Común-mente

Común-mente Episodio 1 - Temporada 1

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lunes, 21 de diciembre de 2020

No solo musas

 “Oiga, despabile que la respuesta no le va caer del cielo” decían o dicen algunos profesores cuando un estudiante está esperando que las musas le traigan la respuesta, la misma premisa aplica para creadores que esperan ser iluminados en el mero ejercicio de inspiración espontáneo. Pero no, una cosa es el ocio vital como espacio de reflexión filosófica para la creación y otra el vacío. En el vacío no se propagan las ideas, así que la mejor manera de crear es investigando.

 

En días pasados pude disfrutar de la trilogía del teatro necesario de Teatro Azul —en el maravilloso regreso al espectáculo análogo— y no puede dejar de pensar en los ejes conductores de las tres obras. El primero de ellos la temática social, el compromiso político, explicado de manera clara y contundente en este mismo diario por Roberto Restrepo, por lo que no redundaré corriendo el riesgo de no alcanzar la pluma del prestigioso antropológico.

 

El concepto de teatro necesario, ya per se, implica el deber que el creador tiene para con la sociedad y consigo mismo en su necesidad de expresión, constituyéndose en lo que Nelly Richad llama arte crítico que “potencia una mirada que interpela e invita a las formas estéticas y destramar su complejidad de motivos e intenciones…” Para construir esta trilogía cuenta Leonardo Echeverry, director de teatro azul, que con su equipo recorrieron lugares, hablaron con los migrantes, escucharon a victimas y victimarios. Así, en creación colectiva, pasando de los textos a las tablas y en las tablas a los diálogos, moldearon la estética de las obras, es decir, hicieron investigación creación. 

 

La forma en el teatro se da mediante la puesta en escena, la disposición de todos los elementos que componen la obra: música, iluminación, ambientación, utilería, escenografía y por supuesto, los actores y sus posiciones en el escenario, esto es una firma de Teatro Azul, que se identifica por el uso moderado pero preciso de los elementos escénicos: una escalera, unas sillas, unos telones y, lo más significativo, la investigación narrativa que mezcla los lenguajes del video con los del teatro, a partir de la proyección mapeada de imágenes milimétricamente elegidas, que producen atmosferas y generan dimensiones en las que se pierden los personajes que van y vuelven del proscenio a la pantalla.   

 

El teatro todo es necesario, desde sus inicios con la comedia y la tragedia, definidas por Aristóteles, representan lo mejor y lo peor del ser humano y a partir de ahí nos invitan a reflexionar sobre cómo estamos haciendo las cosas. 

 

Zapping: Duele la partida de Pintadito, su legado son las valiosas imágenes que por años capturó dejando testimonio de nuestro territorio y sus habitantes. Le debe la administración municipal una exposición en la Plazoleta Centenario para que todos podamos rendirle un homenaje al gran ser humano y profesional que fue. Paz en su tumba. 

 

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Tomando escena

 Pasó “Quindío Tomando Escena” el concurso departamental de cortometrajes y dejó 25 nuevas piezas audiovisuales que dan testimonio de la creatividad y capacidad narrativa de los realizadores quindianos. Llama la atención que, de las dos categorías: principiantes y profesionales, la primera tuviera más acogida con 22 cortos en competencia, versus 3 profesionales a pesar de que ambas contaban con premios de un millón de pesos para los primeros puestos y 500 mil para los segundos.

 

El concurso además de premiar a las mejores piezas audiovisuales realizadas con dispositivos móviles, contó con la participación, como talleristas, de profesionales de trayectoria y reconocimiento nacional como Mónica Palacio, guionista y analista de contenido de Telemundo, quien orientó un taller de guion y Miguel Urrutia reconocido por sus talleres de cine de bajo presupuesto. Dos muy pertinentes procesos formativos que estuvieron disponibles para quienes los quisieran tomar y tuvieran acceso a una conexión a internet.

 

Adicionalmente dos figuras de la cultura nacional, Cristian Valencia y Diego Chalela —escritor y guionista respectivamente—,estuvieron encargados de juzgar las piezas que finalmente fueron premiadas el pasado 11 de diciembre.

 

Desde mi perspectiva no hubo mayor diferencia entre la factura —así se le dice a la calidad general de una obra audiovisual— del corto ganador en la categoría principiante y el de la categoría profesional, siendo incluso más llamativo y con algunos detalles surrealistas —de fina coquetería— el corto Acuario de Juan Felipe León, que se alzó con el primer puesto de los amateur, eso si, la historia aunque es buena, me deja con la idea que haberla leído antes como una de esas publicaciones virales de redes sociales, pero audiovisualmente está bien hecha.

 

El corto ganador en la categoría profesional, Cuestión de opción de Diego Fernando Rodríguez, es rico en planos y sobre todo en perspectivas, el arte está bien hecho y el montaje le ayuda, excepto por el audio en off de un televisor que despista en su primera aparición, infortunadamente presenta falencias en la actuación del personaje de la abuela y la historia no deja de ser una anécdota —pertinente y dramática por el momento covid— sin punto de giro que logre sorprender o conmover.  Ambas piezas las pueden ver en la página de Facebook del concurso.

 

Lo importante de proyectos como Quindío Tomando Escena es que incentivan la producción audiovisual en la región, con formación y dinero —aunque hay que tratar de que Gobernación y Alcandía comprendan lo costoso y complejo que es hacer imagen en movimiento para que aumenten los recursos—. Ya hay un camino adelantado en cuanto a exhibición, así que urgen más convocatorias que premien la producción.

 

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lunes, 14 de diciembre de 2020

A rey muerto…

 Caldeado está el ambiente en la cultura quindiana. No hace mucho hablábamos de la relación existente entre el arte y la política y ahora los acontecimientos recientes presentan el viro insano de la cultura a la politiquería, promovido por los mismos integrantes del sector que se mueven entre despachos y triquiñuelas en busca de favorecer a un ‘bando’.

Ante la aceptación, por parte del gobernador del Quindío, de la renuncia del secretario de Cultura, un movimiento de artistas y gestores se levantaron en contra de la decisión reclamando derechos —según ellos acordados en campaña— que les concedían determinar el nombre del encargado de la cartera en la gobernación. 

La carta, fechada el 27 de noviembre y que desconozco si llegó a su destinatario, inicia aclarando que el sector se reunió con el entonces candidato e hicieron planes que por cuenta de la pandemia no se pudieron ejecutar y dice “hemos visto, desde tempranas horas de su administración, diferentes embates hacia la secretaría de Cultura y de manera puntual, hacia quien usted, en su respeto estricto para con nosotros, designó como secretario de Cultura”. 

¿Acaso el secretario fue cuota de unos activistas políticos y no la elección técnica de un profesional para trabajar por todos los quindianos? Este otro párrafo podría confírmalo: “Doctor Roberto Jairo sigue contando con el respaldo de este grupo de artistas y gestores quindianos que hemos vivido a la sombra de otras administraciones y que, hoy, gracias a su voluntad y respeto por nuestro pacto, al haberle designado como secretario de Cultura (a Jorge Iván Espinosa), da usted cumplimiento a un ejercicio de concertación con la cultura del departamento”. Muchas imprecisiones en tan pocas palabras. Ni han “vivido a la sombra” como un juicioso estudio publicado en varias entregas lo demostró, explicando cómo se han repartido los recursos de la cultura, ni los promotores de la carta son los representantes de toda la cultura para que hablen en un plural sectorial. 

Es claro, y más que legítimo, que quien gana una elección gobierna con quienes conoce y confía. Querer imponer un nombre para llevar las riendas de un sector dividido es la evidencia fiel de que, quien sea el elegido, por cuenta de esa presión, tendrá preferencias por sus promotores. Por eso hacen lobby en manada.

A rey muerto, rey revivido. Ante el resultado fallido de la epístola digital, el grupo de creadores —de estrategias políticas— decidió hacer moñona y ‘gestionar’ para el salido secretario otro puesto de similares posibilidades, así, el pasado lunes se anunció al maestro Espinosa como el nuevo director de Corpocultura, cumpliéndose el presagio de entronizar otro fucsia en la administración municipal. 

Mientras tanto, los asesores —que son los mismos en ambas dependencias— siguen ‘creando’ para poner rey o reina en la secretaría de Cultura. Unos audios de WhatsApp revelan la forma como se están organizado para seguir en el control, buscando que “el apoyo de los diputados nos ayude a presionar ese gobernador… Ese gobernador está tirando pa’ allá pa’ ese lado hermano, yo siento eso”, el mismo artista señala “tenemos que montarnos nosotros, el gremio, este lado este combo de acá”. Mientras baraja un grupo de nombres que coinciden con los de los asesores que han sido el poder detrás del rey.

En los mismos audios le exigen al gobernador que diga la razón de fondo, de peso, por la que sacaron a Jorge Iván. Esa me parece una buena idea. 
 

sábado, 28 de noviembre de 2020

Sed de regulación

Hace apenas una década, en la industria mediática,  la tendencia era la desregulación y la generación de conciencia del autocontrol en los medios de comunicación. Hoy, en los círculos ilustrados de las hipermediaciones, se puede apreciar una gran sed de regulación que pretende recaer sobre las plataformas.

Se entiende por regulación la intervención de las autoridades públicas con el objetivo de controlar el comportamiento del ecosistema mediático, y de acuerdo con Guillou, se ejerce en un sistema turbulento, complejo, influido por las tecnologías emergentes, la multiplicación de actores y rivalidades ideológicas. Esto podría dar la razón a quienes claman por la regulación, pues describe fielmente el escenario de las mediaciones digitales actuales.

La escasez del recurso hace necesario el control. Sí, cuando hablamos de medios radiodifundidos estos llegan hasta los usuarios a través del espacio radioeléctrico, un recurso finito, bajo la tutela del Estado, que pone en ventaja absoluta a quienes pueden acceder a él, pero los ‘nuevos medios’ corren por internet y éste, si bien no es infinito, no es tan limitado. Así las cosas, las posibilidades de ofertar servicios y contenidos están al alcance de todos y dependen de la creatividad y tenacidad de los creadores. Ya es conocido que muchas de las grandes plataformas o industrias tecnológicas iniciaron en un garaje.

En una reciente conferencia sobre el tema, reseñada por observacom.org, algunos de los expertos manifestaron que dentro de la regulación se debía ejercer control sobre los algoritmos de las plataformas, el anonimato en las redes sociales, los discursos de odio y la capacidad de respuesta de las plataformas sobre ciertos contenidos, también afirmaron que la regulación sobre aplicaciones audiovisuales se debe hacer por un tema de “soberanía nacional”, por lo que se debe exigir la oferta de contenidos locales de manera recíproca. Otras líneas propenden, también, por el pago de impuestos por parte de las plataformas.

Como dicen las abuelitas “ni tanto que queme al santo ni tan poco que no lo alumbre”, la regulación, para que sea útil, implica profundo conocimiento de un ecosistema en constante evolución y esto resulta en que cuando la regla se expide el modelo ya está en su curva descendente, es decir, llega tarde.

Por otro lado, se corre el riesgo de descargar el peso de ley sobre los ciudadanos de a pie en vez de sobre las plataformas. Solo por poner un ejemplo, ¿Quién cree que paga el cargo adicional de los impuestos cobrados a Netflix? 

Zapping: Se mueve el área audiovisual en el Quindío. Esta semana pudimos disfrutar del Festival Quindiano de Cine y Video. Por otra parte, mañana viernes 27, a las 9 a. m., Miguel Urrutia, reconocido guionista, director y productor, estará dando su taller de cine recursivo a través de la página de Facebook de Quindío Tomando Escena, proyecto ganador de concertación departamental.

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domingo, 22 de noviembre de 2020

Ley de turismo

Esta semana se encuentra en segundo debate la nueva ley de turismo, en la que el representante quindiano a la Cámara, Diego Javier Osorio, es coautor. Esta ley, de importancia nacional, le concierne al Quindío en la medida en que el desarrollo de nuestra industria turística va in crescendo y se verá directamente afectada o beneficiada de los mandatos que allí se establezcan. 

La ley es amplia, pero en esta columna destacaré 3 objetivos que se desarrollan en los 32 artículos del texto que se encuentra en trámite legislativo.

En el proyecto de ley se presentan artículos transitorios que propenden por la reactivación económica del sector con beneficios como la disminución del Iva en pasajes aéreos, hoteles y servicios turísticos hasta diciembre de 2021. Esto indudablemente debería incentivar el consumo de los viajeros, siempre y cuando los empresarios del turismo, en el ejercicio del libre mercado, no decidan aumentar los precios para su beneficio individual.

El control a la informalidad en la prestación de los servicios turísticos se extiende a las plataformas digitales, un campo que poco ha sido regulado en Colombia, así, la ley no solo las conmina a estar inscritas en el Registro Nacional de Turismo, sino a trabajar estrictamente con prestadores del servicio que también lo estén, a entregar información al ministerio de Comercio, Industria y Turismo, y a pagar contribución parafiscal, lo cual las pone en las mismas condiciones de los operadores tradicionales.

El proyecto de ley establece que: “Zonas urbanas, de expansión o rurales, ecosistemas, paisajes, plazas, vías, monumentos o construcciones” podrán ser declarados, por los concejos y las asambleas, como atractivo turístico. Esto con el fin de regular las capacidades de carga, es decir de cantidad de visitantes, y, entre otras, establecer un punto de control que cobrará a los turistas e invertirá los recursos en la salvaguarda de los atractivos. Sin embargo, el Quindío, según lo manifestó el representante Diego Javier, no cuenta con muchos de estos recursos turísticos declarados en el censo actual por el ministerio del ramo. 

Hasta el momento la ley ha contado con la aceptación del sector turístico y va haciendo su trámite de manera exitosa en el Congreso, por lo que muy pronto será un hecho.

Zapping 1: Pueblo Panaca es un proyecto piloto a nivel nacional que se acoge a la denominada ‘infraestructura para proyectos turísticos especiales’ establecida en el PND vigente. Así, gozará de las condiciones tributarias especiales del 9 % de renta que se presentan en la ley de crecimiento económico. No hay que confundir esto con las zonas turísticas especiales que nunca fueron reglamentadas por el gobierno. 

Zapping 2: Se habla de nuevo del teatro y la biblioteca departamental, dijo el representante Osorio que en conversaciones con la presidenta de Fontur, ella ha manifestado su interés de ayudar en la iniciativa, para lo cual se requiere que tanto alcalde como gobernador ‘se pongan la mano en el considere’, asignen de manera definitiva el lote y adelanten los estudios y diseños.  Qué bueno sería que se alinearan estos intereses en pro de la cultura regional.

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viernes, 6 de noviembre de 2020

Presión

 El insuceso de los contratos directos en Corpocultura no debería ser achacado solamente a su directora —aunque sabemos que a los ojos de la justicia responde el representante legal y que finalmente es este quien toma la decisión— mucha responsabilidad tienen quienes han sostenido en múltiples ocasiones que la cultura goza de un régimen especial o que está cargada de “tecnicismos” en contratación. Afirmaciones sacadas de la manga y lanzadas a la ligera y que tan solo aportan en la siembra de dudas, pero que dan cero certezas. 

 

Acostumbrados a que, otrora, sin más requisitos que la cédula recibían contratos,  al templar las riendas a la vieja guardia de artistas y gestores, estos, airosos reclaman por la complejidad de los procesos, la burocracia y la exigencia. La presión se siente sobre los hombros de los que sí deben responder ante la justicia y las imprudencias ocurren.

 

Ahora, después de lo indeseable, se rasgan las vestiduras en redes sociales por uno o dos días y después… allá él o la encartada con su problema. Y dirán: Lo que sigue es exigir que nos pongan un nuevo director que podamos presionar —perdón— que nos escuche.

 

El sano equilibrio entre la veeduría ciudadana y la administración no debe traspasar las fronteras hasta la co-administración, es decir, asesorar, vigilar no significa presionar y mucho menos controlar; además no debería ser selectivo sino como la ley,  ¡para todos! Una reconocida dama de la cultura afirmó, refiriéndose al deber del Consejo Departamental de Cultura “nosotros no le respiramos en la nuca a la Secretaría” —Eso depende de quien esté allí sentado‑. 

 

No digo que el caso particular de Corpocultura en los últimos días es consecuencia única de la presión —sea cual fuere el origen de la misma— sino que esta aporta fuertemente a la toma de decisiones. 

 

Los cargos públicos son un servicio que cada día se convierte más en un trabajo de alto riesgo, se peca por acción y por omisión y se está expuesto a toda clase de presiones y al desconocimiento de la gestión. Mi solidaridad con Dina Rodríguez, espero que pronto se pueda resolver su situación y mi repudio para quienes quieren funcionarios de bolsillo que aplauden cuando les conviene y señalan cuando no, los mismos que son ciegos a los verdaderos resultados en pro del bien común y prefieren seguir en el viejo modelo, en vez de exigir y participar en convocatorias públicas transparentes, dizque  porque son muy complejas y “yo un soy artista no un burócrata”.

 

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El que mucho escoge…

Una de las características preponderantes de la digitalización de los medios de comunicación es la fragmentación, esto aplica para la segmentación de contenidos, audiencias, clientes, usuarios y un largo etc.

En la historia de los medios de comunicación, el cambio se ha evidenciado en el paso de contenidos generalistas agrupados en un solo medio, pasando por medios especializados en temas específicos, hasta la segmentación extrema, tanto de contenidos como de soportes. Algo así como una gran explosión que dejó como resultado un universo de posibilidades que podría decirse que incluso son difíciles de identificar.

Por allá a principios de los noventa el boom de las parabólicas permitió acceder a gran variedad de canales de televisión internacional. En particular de la televisión peruana que traía consigo programas de reportajes con un ligero e interesante tinte sensacionalista, pero también series y telenovelas. Para ese entonces más de 30 canales era una exageración. Con los años la tecnología cambió y la oferta aumentó; hoy pasan de 100 los canales ofertados en la televisión cerrada. 

Al llegar Netflix y su catálogo de más de 5.000 títulos, entramos a la denominada cuarta ola tecnológica y la elección se hace más compleja aún. Si a esto se le suma la segmentación dentro de los propios servicios de televisión bajo demanda —conocidos como OTT— entonces aparecen opciones como Amazon Prime, HBO, Crunchyroll, Hulu, entre otros muchos que incluyen la más reciente, Disney +. Cada uno arañando una parte de la audiencia y ofreciendo contenidos exclusivos y de gran calidad técnica que paradójicamente podrían representar un giro en u.

Siguiendo en los 90, para poseer una canción había que comprar el disco completo, así fuera solo 1 de 10 temas el que motivara la compra, con las plataformas musicales ahora se puede adquirir una sola canción o pagar una suscripción para acceder a un universo de alternativas, lo irónico es que en el audiovisual, gracias a la fragmentación, para poder ver una serie en particular toca pagar la suscripción completa a una plataforma —como volver al cd— y todas nos tientan con productos exclusivos, es decir que pasamos de un contenedor con muchas alternativas a muchas alternativas de contenedores que complejizan y hacen más costoso el entretenimiento. 

Para poner un ejemplo, según reviews.org en promedio un usuario de Netflix tan solo ve el 2 % de los contenidos ofertados, pero ahora con la llegada de Disney +, muchos ya están considerando la suscripción a esta plataforma porque sus contenidos no se podrán ver en ninguna otra. Al paso que vamos podrían ser decenas de suscripciones que sumadas son toda una renta. 

Ante tantas opciones —como reza el adagio— el que mucho escoge con lo peor se queda.

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lunes, 2 de noviembre de 2020

El valor de las imágenes

 En un momento en el que la saturación visual es casi imposible de medir y controlar, y a propósito de que esta semana se celebró el Día Mundial del Patrimonio Audiovisual, es pertinente reflexionar sobre el valor de las imágenes, en términos de conservación de la memoria y la calidad de los contenidos que ellas representan.

Con el nacimiento del cine en 1895 no solo aparece una forma de entretenimiento, sino un poderoso mecanismo de fijación de la historia, que con los avances tecnológicos ha pasado de ser de uso exclusivo de unos cuantos para estar al alance de todos —un informe del portal statista.com estima que para 2021 habrá casi cuatro mil millones de celulares inteligentes con cámara— poniendo así, en manos de muchas personas la creación y preservación de la historia a partir de sus registros de imagen en movimiento.

Considerando la gran cantidad de videos que se suben a redes sociales —solo por poner un ejemplo, según Tubefilter, en Youtube se cargan 30.000 horas de video cada hora—.   surgen dos retos: la selección con criterio y la preservación. 

En cuanto a la selección, sería imposible que lo hiciera, de manera exclusiva, una entidad o persona. Así que la importancia de celebrar el Día del Patrimonio Audiovisual consiste en que cada tanto recordemos que todos somos responsables de lo que verán las generaciones venideras, por lo que debemos cuidar de los contenidos audiovisuales que dan cuenta de acontecimientos de la sociedad, pero también de los eventos familiares que en algunos años permitirán comprender las costumbres y procesos cotidianos. Por eso, debemos buscar que en nuestros registros queden testimonios visuales dignos de recordar y de estudiar.

En lo referente a la preservación, además de la conciencia individual de atesorar las imágenes, deben las casas productoras de audiovisual profesional establecer los mecanismos necesarios que permitan la conservación de sus piezas audiovisuales. Mientras, el Estado tiene la obligación de garantizar políticas públicas que faciliten la catalogación y el técnico almacenaje de los archivos, considerando el desgaste de los soportes de filmación y grabación y la obsolescencia tecnológica que en muchos casos imposibilita el acceso a material valioso. En esto juegan un papel fundamental los canales públicos del orden nacional y regional.

Zapping: A propósito de la memoria audiovisual, se recibe con beneplácito la noticia de que Calarcá dará continuidad al Museo Gráfico y Audiovisual del Quindío, esta institución, en cabeza de Luis Fernando Londoño, cumplió a cabalidad con el quehacer de salvaguardar la memoria audiovisual del Quindío, gracias a él hemos podido rememorar espacios, personajes y acontecimientos de la historia de nuestro departamento con imágenes de una época donde no era, como hoy, común contar con registro de imagen en movimiento.

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jueves, 22 de octubre de 2020

Ciberfiestas de Armenia

 No ha pasado inadvertida la programación cultural de las fiestas aniversarias de Armenia. A pesar de las múltiples limitaciones que imponen las medidas de bioseguridad, el trabajo realizado por la Corporación de Cultura y Turismo con su diseño de eventos logró poner a disposición, no solo de los armenios, sino de los ciberespectadores en general, un abanico de actos culturales que, me atrevería a decir, logró mitigar la ausencia de la cultura en el espacio público. 

La adversidad reta a la imaginación y usualmente los resultados de salir del área de confort, refrescan las actividades e impulsan a nuevas experiencias. En este caso la imposibilidad de realizar desfiles a lo largo y ancho de las vías de Armenia y eventos masivos, implicó la destinación de espacios como autoparques o terrazas, a donde, unos cuantos accedieron presencialmente, pero con total disponibilidad para todos en la red. Es decir, la cultura se adaptó a la nueva narrativa impuesta por la mediación de las Tic.

En las transmisiones, términos generales, se apreció un uso adecuado de los recursos técnicos, que se limitaron a mostrar los espectáculos de manera reposada —como debe ser—, con algunas excepciones de producciones despistadas que demostraron el desconocimiento del lenguaje audiovisual y los clásicos —y eternos— minutos sin audio en algunos de los espectáculos. Nada que no sea considerado gajes del oficio. 

Concentrar las actividades —que sería pertinente nos cuenten, cómo fueron contratadas o si son resultados de concertación municipal— en la red, les entregó la oportunidad a los espectadores de contar con una variedad amplia de eventos, en una maratón vistosa y ecléctica de la cual se puede destacar la estructura narrativa y la puesta en escena, la reflexión de identidad del contenido de la mayoría de los productos culturales y el testimonio patrimonial en que se convierte el registro que queda de estas actividades, que ahora están en video de principio a fin —no se debe desperdiciar la oportunidad de catalogarlo y archivarlo como se debe, para la historia—. 

Por otro lado, tener juntos los productos culturales permitió ver una panorámica del arte local, vale la pena preguntarse si se están haciendo nuevas reflexiones y creaciones alrededor de nuestra identidad, porque a pesar de que la calidad de muchos de los espectáculos, en términos de vestuario, utilería, e interpretación; se podría decir que va en crecimiento, algunos otros se han quedado en la repetición de la repetidera: los mismos muñecos, los mismos montajes, los mismos bailes. Si algo permitió esta coyuntura fue sacar a flote a los artistas que están creando y poner evidencia a los que poco se esfuerzan o viven del reciclaje artístico. 

Zapping: Tenemos una orgullosa representación del teatro quindiano en un proceso de creación que convoca artistas del país y que es ganador de Iberescena. Se trata de Juliana Buitrago, integrante del grupo La Musaraña de La Tebaida, quien trabaja en el montaje ‘Ayni, trilogía de los días sin tiempo’, una puesta en escena que se proyecta como “una celebración a la memoria, un viaje por las contradicciones de ser originarios y colonizados”. Nada mejor para nuestra cultura que la circulación del conocimiento que ayuda al verdadero crecimiento del sector.

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Arte y política

  

Todo lo que se haga en aras, 

tanto en el contenido como en la forma, 

en aras de mejorar al hombre, 

yo creo que todo es político.

Silvio Rodríguez (1976)

 

Hoy, justo al final de la tarde, tendré la oportunidad de debatir con un grupo de ciudadanos en el espacio “La Nocturna Cultural” sobre la relación arte y política.

 

En el encuentro, mediado por el tic, revisaremos a la luz de algunos autores como, Rancière, Richard y Capasso la manera como el arte jamás es ajeno a la condición política del ser humano, manifestándose en algunas oportunidades como activista, en otras siendo contenido o concepto, también, planteando un punto de vista crítico frente al acontecer. 

 

Además de las miradas académicas de la mencionada relación arte y política, asoma la necesaria contrastación con la experiencia empírica del arte y la cultura local y regional. 

 

Decía Piedad Bonet, en una columna sobre este tema, que sería deseable que los gobernantes tuvieran suficiente bagaje cultural, sensibilidad con las diferentes artes y contaran “con un pensamiento forjado en la reflexión que proporcionan la filosofía y la historia”.  Infortunadamente no es así, el fragor de la campaña lleva a los políticos, en la gran mayoría de los casos, a acercarse al arte como un proveedor de entretenimiento. En otras palabras, el arte es para algunos políticos en la época electoral, un instrumento vació; simple ruido que llama la atención para atraer a la audiencia de su discurso proselitista.  

 

El problema es que conscientes de esa ‘necesidad’ de los candidatos y a sabiendas de su ceguera al arte, algunas veces temporal; desde la otra orilla existen “representantes del sector”, algunos de ellos artistas otros mercachifles, que se acomodan para servir de instrumento de barullo. Así, entre oleada y oleada electoral se repite la función. 

 

Hay artistas que están creando y poco les interesa la alharaca de “sus representantes” oportunistas. Mismos que, aprovechando la aparente cercanía con los líderes, montan sainetes y les venden diatribas en contra de otros artistas en un festín caníbal. —Los políticos, a su vez, las incorporan a los discursos electorales sin mediar corroboración—. Eso deja ver la calidad humana y profesional de unos y otros.

 

El arte y la política están estrechamente ligados y esa relación no debe ser satanizada, al contrario, requiere ser promovida de manera sana, de tal manera que los diferentes actores del arte participen activamente del diseño de políticas públicas y sean veedores de la ejecución de los planes, programas y proyectos destinados al sector cultural. Reconociendo la gestión, pero también reclamándola cuando se identifique la demagogia —muy de moda en estos momentos—. De lo contrario los artistas serán solo los nuevos bufones del rey.

 

Zapping: ‘Para nada volvió el Alcalde’. Los que pedían que se pudiera defender desde su cargo ¿se esperaban que llegara a acomodar las fichas, así como indica la sección, La Guaca de este medio?, ¿Todavía queda alguna duda de que Sandra Paola Hurtado, nunca estuvo ausente, sino moviendo los hilos —de nailon para que no se vieran— mientras su pupilo la negaba? 

La hueste fucsia, que no dejó de tener oxigeno por la estructurada estrategia de supervivencia que trazaron antes de entregar el poder, de nuevo se pone las botas para las elecciones venideras, que insólitamente parecen estarse adelantando. ¡Todos unos artistas de la política!


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viernes, 2 de octubre de 2020

Los Picapiedra

 Lápida se llamaba el periódico de Piedradura y lo aventaba un niño voceador a las portadas de las casas de los habitantes de la ciudad de los Picapiedra y los Marmol. Pedro lo leía tirado en la hamaca, mientras Pablo podaba el pasto de su jardín. Una escena clásica dominical repetida en otras series que han recreado la familia promedio norteamericana, como Los Simpson. 

Hace 60 años fue estrenada la que fuera la primera serie animada para adultos, lo era porque trataba temas de mayores, como los juegos de azar; las relaciones familiares y entre amigos; el trabajo y las mentiras, además, porque fue emitida en horario prime time. 

Pero, por más temas de adultos, los niños y jóvenes también se engancharon con el universo de fantasía que ofrecía la serie  —ideada por Hanna-Barbera—. Allí se mezclaban dinosaurios con ingeniosas tecnologías que hacían más fácil y divertida la vida de los personajes: lavadoras de platos cuyo mecanismo era un mamut, o corta césped de cangrejo gigante, semáforos operados por chimpancés, aviones pterodáctilos, tocadiscos que sonaban gracias al pico de un ave. Mecanismos complejos que, además en algunas oportunidades, interpelaban en tono irónico o crítico a sus operarios.

El éxito de los Picapiedra consistió en reflejar a la sociedad del momento —los 60— con sus problemas y divertimentos de una manera creativa. No en vano los Simpson, su sucesor, —si es que es válido nombrarlo así— es otra familia norteamericana que hace barbacoas y tiene un padre asalariado que juega a los bolos y discute con su esposa. El espectador tiene dos formas de comprometerse con el contenido, por identificación, como es el caso de las mencionadas series, o por aspiración como las que les presentan mundos maravillosos.

Los Picapiedra marcaron a varias generaciones y abrieron el camino para series animadas adultas, algunas, que ya incluso, traspasan los límites de la irreverencia llegando a la vulgaridad. Hoy se merecen que los recordemos por tanta diversión que nos proporcionaron.

Zapping 1: Al escribir esta columna se conoce la muerte de Quino. Se fue su cuerpo, pero toda su esencia, enseñanzas y reflexiones nos quedan en sus personajes. Paz en su tumba.

Zapping 2: El Secretario de Planeación departamental, Dr. José Ignacio Rojas, ha anunciado que se encuentran trabajando en el presupuesto 2021 y que se garantizará, conforme a la ley, el porcentaje destinado para el gasto público social sin disminución respecto al año anterior. Según el Secretario, para el próximo año, como mínimo, el 74% del presupuesto total del departamento se deberá asignar a educación, salud, deporte y cultura. ¡Buena noticia!. La pregunta es ¿Cuánto de ese 74% le corresponderá a la cultura? Si es lo mismo que este año, ya no es tan buena noticia y se le estaría colgando la lápida —no precisamente el periódico de los Picapiedra— al sector.

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viernes, 25 de septiembre de 2020

Todos contra Facebook

 ¿Son ustedes usuarios de una red social? ¿Quienes lo son, fueron obligados a darse de alta en ella? ¿Estando en ella se sienten presionados a publicar información que no quieren compartir?

No creo que nadie haya sido conminado a crear un perfil en redes sociales —excepto los gestores de redes que se dedican profesionalmente al asunto—. ¿Si no estamos obligados, entonces por qué usarlas para denigrar de ellas misas? Parece un asunto de lo políticamente correcto o de crítica ilustrada, como cuando se consideraba a una persona más inteligente por afirmar que la televisión era el origen de todos los males.

Este mes se puso en Netflix a disposición de los usuarios un documental que recogió las declaraciones de ex altos funcionarios —arrepentidos— de distintas famosas plataformas sociales. En la pieza audiovisual, los profesionales hablaron de sus experiencias en las compañías, de cómo los algoritmos nos manipulan para cambiar el mundo a su favor y el negocio que tienen montado con la atención que les damos o que nos quitan. Usan una frase que ilustra el concepto que le quieren dar a las redes sociales: “Solo hay dos industrias que llaman a sus clientes ‘usuarios’: drogas ilegales y software”. Lo curioso es que el documental llega a los ‘usuarios’ interesados en verlo a través de una plataforma que se vale de algoritmos para recomendar el contenido, según los gustos de cada uno. —Qué paradoja—.

En la racha de críticas que llueven contra las redes sociales y en particular contra Facebook, se produce la noticia de que la Corte de Justicia de la Unión Europea podría fallar en contra de la red social, impidiendo la transferencia de datos desde el bloque comunitario hacia los Estados Unidos. Eso, según una representante de Facebook, implicaría dejar de hacer multimillonarios negocios. “Las aplicaciones de la compañía ayudaron a generar ventas por valor de 208.000 millones de euros a 7.700 empresas de toda Europa”. Y adicionalmente dejó plantada la posibilidad de dejar de operar allí “no está claro cómo Facebook, en estas circunstancias, podría seguir proporcionando los servicios de Facebook e Instagram en la Unión Europea”. Una advertencia que, de llegarse a cumplir, afectaría no solo a adultos contemporáneos sociales, sino a muchas empresas que mueven sus productos a partir del sistema de relacionamiento que facilita la red.

A propósito de esto, se pregunta el académico de la comunicación Carlos Scolari —en su cuenta de Twitter— “Facebook juega al póker y amenaza con irse de Europa. Por mí, que se vaya, pero... ¿Dónde están las redes sociales alternativas diseñadas en la UE? ¿O deberemos migrar a WeChat?

La pregunta es pertinente para Colombia.

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Campaña permanente

Por estos días las redes sociales de la región muestran algunos políticos que, a menos de un año de su elección o nombramiento, ya están de nuevo en campaña. Se pueden ver publicaciones de fotografías de cartel, acciones de campo con la comunidad, videos retadores —al estilo de la función de defensa expuesta por Benoit— y frases bonitas pero vacías que acompañan los post. A eso le llaman los teóricos campaña permanente y dicen que convierte al gobierno en un instrumento diseñado para sostener la popularidad de un proyecto político. Es decir, para ‘vender’ un producto.

 

El estereotipo del personaje simpático, mediático y activista está más que ‘pintado’ y en vez de generar confianza siembra la duda de si tanta ‘zalamería’ lo que busca es ir allanado el terreno para las próximas elecciones; a las que aún les quedaría —en teoría— casi un año para arrancar la campaña.

 

Existen diferencias entre la comunicación electoral y la comunicación gubernamental. Mientras la primera, por cuenta de la personalización de la política —advertida por Sartori en los 80— se centra en la exaltación del candidato, del personaje, del individuo. La segunda debería enfocarse en las políticas públicas, en la rendición de cuentas y el dialogo con la ciudadanía. La comunicación de gobierno trasciende el márquetin para enfocarse en la gestión y la gestión incluye a la misma comunicación.

 

Usar los medios propios y establecer una correcta relación con la prensa, es tan solo el canal de difusión de estrategias que deben contemplar a la ciudadanía como parte de la ecuación, no solo como receptores pasivos. Esto, implica establecer mensajes claros y concretos que permitan comprender el rumbo de la gestión de manera anticipada y no esperar a que los hechos ocurran para explicarlos.

 

A través de las mismas plataformas usadas para la campaña permanente, la ciudadanía se comunica entre sí, participa activamente en los foros de los medios y de los periodistas independientes y se expresa sin tapujos. De tal manera que no hay posibilidad de impunidad, usar los recursos públicos o la ‘chapa’ para adelantarse a la campaña puede resultar en un efecto bumerang que evidencie las verdaderas intenciones y, a lo mejor, la falta de cumplimiento de las promesas y el desgaste de una imagen saturada.

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viernes, 11 de septiembre de 2020

Mirar hacia atrás

Mirar hacia atrás y examinar las raíces, la identidad, la cultura en su sentido amplio. Mirar hacia atrás y saber qué se debe preservar para las generaciones venideras. Mirar hacia atrás y reconocernos. Mirar hacia atrás en presente. De eso se trata el patrimonio cultural.

El próximo domingo se celebra el Día del Patrimonio Cultural en nuestro país, una fecha que invita a mirar hacia atrás en varios niveles: muy a lo lejos para valorar el legado y en corto para identificar cómo lo estamos haciendo. 

El arte, las tradiciones, la arquitectura, entre otros; son sujetos de ponderación patrimonial y adquieren esa dimensión cuando los ciudadanos los apropiamos y reconocemos. Por eso el día del patrimonio no es cuestión de unos cuantos expertos reunidos en conferencia o de eventos organizados por la administración pública —que escasean—. 

El próximo domingo se vale que, en familia, a lo mejor compartiendo una mazamorra —de maíz patrimonial— o un café      —del Paisaje Cultural Cafetero— se narren cuentos de la tradición oral. De esos que contaban los abuelos de brujas, duendes y espantos, se le explique a los más pequeños lo que ha significado el Willys y, con él, el yipao para nuestra cultura y desarrollo agrícola, y escuchemos algo de música andina colombiana para exaltar el sonido del tiple. Instrumento nacional que suena como un coro de ángeles y representa plenamente nuestra identidad regional.

Pero nuestro patrimonio es más que los ejemplos anteriores. Infortunadamente se encuentra en riesgo por desconocimiento, falta de conciencia, negligencia o falta de voluntad. 

Para la muestra… Enredados están los procesos de las estaciones del ferrocarril de Salento, Quimbaya y Armenia. Inversiones millonarias en estudios que no trascienden a las obras de restauración por falta de más recursos y en cambio se complican legalmente convirtiéndose en una ‘papa caliente’ que pasa de mano en mano porque ninguno se quiere quemar.

Cada año, por ley —excepto este—, se destinan recursos provenientes del Iva que paga la telefonía móvil a apoyar proyectos de patrimonio que son presentados por lo municipios y, en algunas oportunidades, ‘gestionados’ por organizaciones que solo buscan negocio con la realización de exposiciones de pendones de lona con fotografías de baja resolución y algunas piezas arqueológicas. Cuando no es la elaboración de listas representativas que carecen de rigor metodológico y que terminan archivadas, o peor, perdidas en computadores particulares. Sobre esto el consejo departamental de patrimonio ha tomado medidas, pero muchos alcaldes, sin saber bien de qué se trata, insisten en proyectos sin sentido.

Zapping: El lunes se conocieron los resultados de la convocatoria para la conformación de los consejos de áreas artísticas del departamento. Muchas quejas rondaron el proceso por las dificultades para participar como representantes y electores, lo que se vio reflejado en pobres votaciones. La gran mayoría fueron elegidos con un voto —el de ellos mismos—. ¿Son representativos esos resultados?

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miércoles, 9 de septiembre de 2020

Espectro de la serie Letra Muerta



Título:        Espectro

Autor:         Jorge Urrea

Técnica:       Fotografía dimensional impresa en papel 

Fotográfico metalizado y vinilo transparente.

Dimensiones:   32x32x11,5cm

Año:           2020

 

Oxigeno e imágenes

 Arriba en la montaña, el aire es más limpio, cala hondo en los pulmones pero se siente también en las sienes. Allá, arriba, en la montaña; las estrellas son más brillantes y la oscuridad más profunda, por eso los rayos de luz proyectados sobre la lona son limpios, claros e intensos. Como el aire de las montañas del Quindío.

 

Salento tiene ese espíritu que recorre sus calles inspirando a propios y visitantes, está lleno de creadores que le dan forma a la identidad del pueblo. Cafés de la mejor calidad, como el de Jesús Martín; fotógrafos destacados como Felipe Quintero o James Montealegre, artesanos virtuosos y —entre otros muchos personajes destacables— un soñador que ha conseguido, en un acto quijotesco, hacer crecer un festival que en 6 ediciones nos ha permitido ver buen cine, y que hoy según su director, se encuentra dentro de los cinco mejores de Colombia. Estamos hablando de Cine en las Montañas.

 

Juan Francisco Bautista inició este proyecto con un proceso de formación de públicos —del que no se ha desligado nunca—. Proyectaba las películas de las maletas del cine colombiano, que distribuyó el Ministerio de Cultura en los cineclubes del país. Cuenta que en ese entonces llegaban dos personas a las funciones, 6 años después, el trabajo ha dado frutos y el público se ha multiplicado llegando a aforos de 100 asistentes. 

 

Importantes directores y equipo creativo en general han pasado por las pocas, pero productivas y edificantes ediciones del festival. En la versión 2019 el cartel, casi completo, de los directores nacionales activos visitó Salento y habló de sus películas a los locales y visitantes, que llegan de muchos lugares del país e incluso del mundo.

 

La presente edición, que inició ayer, será virtual y tendrá 104 películas y 92 cortos de 20 países del mundo. Habrá 8 estrenos nacionales, muchas de ellas, películas que sólo se pueden ver en estos espacios porque no tuvieron sala o pasaron rápidamente. 

 

Antes de cada proyección habrá una conversación con los directores. Justamente el director homenajeado este año será Lisandro Duque, quien está ligado a estas tierras por su cercanía de origen y porque en Filandia rodó Milagro en Roma(1989). De Lisandro Duque se proyectarán 5 películas en total.

 

 

Cine en las Montañas es oxigeno para el arte del Quindío, como el que corre por las frías y acogedoras calles de Salento. Que sean muchos festivales más.

 

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El robo del sigo

Las historias de grandes robos, con planes meticulosos y milimétricos tienen un público ganado que las sigue en salas de cine y plataformas. Desde esa perspectiva El robo del siglo es un acierto de producción, también lo es como producto comercial.

Un poco más reposada la espuma sobre la serie colombiana, disponible en Netflix, que pone en escena el atraco al Banco de la República de Valledupar. Me atrevo a exponer algunas consideraciones 

—aclarando mi respeto por los productores y equipo técnico y creativo—. 

Creo que, desde una perspectiva de mercado, la serie fue inflada equiparándola con La casa de papel, lo que logró llamar la atención del público. Pero también, pudo generar alguna desilusión, aunque, estoy seguro de que estaba calculado —valga aclarar que no soy fan de la serie española—.

Siendo la historia buena, —y es que es casi calcada de los acontecimientos reales, luego, tiene con qué serlo— se queda corta en acciones y sorpresas, —por la misma razón de ser fiel a los hechos— no tiene giros, las subtramas son intrascendentes. Pudo ser una buena película, o en su defecto, una micro serie de 3 capítulos —cómo Sherlock—. Así, se hubiera lucido más. 

La serie cuenta con un gran trabajo de fotografía y de arte. Las locaciones fueron bien elegidas y logran una atmósfera calurosa y tensionante. La investigación, en cuanto a diseño de producción, es rigurosa; la escenografía, utilería y vestuario nos ponen en la época. 

El nivel actoral de los protagonistas es muy bueno. Mejor Tappan —el abogado)—y Benjumea —doña K— que Parra en esta ocasión —pero Parra es Parra—. No pude quitarme la figura de Víctor Mallarino como Mirando Zapata en El inútil al ver el personaje de Chayo, que es, en mi criterio, poco verosímil: negado pero líder. De los secundarios destacan Juan Sebastián Calero —el Sardino— y Waldo Urrego —Dragón—.

Figurar dentro de las series más vistas en Netflix es un logro que debe inflar el pecho de los creadores y por eso esta columna no pretende minimizar la obra audiovisual. Tan solo poner en perspectiva algunos elementos narrativos que no pasan inadvertidos pero que tampoco demeritan, de ningún modo, el gran trabajo realizado por Dynamo y su equipo.

Zapping: En el robo original, según la revista Semana, el cerebro detrás del golpe fue Benigno Suárez Rincón, alias Don Pacho, de quien dicen, ejercía como narcotraficante en Circasia, Quindío. Lugar donde fue capturado. Uno más para la lista de bandidos ‘ilustres’ ligados al departamento.

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jueves, 27 de agosto de 2020

El arte es como el agua

¡La cultura en Quindío va de maravilla! Esta semana se anunció que se entregarían los ‘incentivos’ a los 714 artistas beneficiados con el dinero que proviene de los recursos del Iva a telefonía móvil. Un pequeño paso para el sector cultural, pero un gran paso para la secretaría de Cultura departamental —que bajó bandera—, además Corpocultura abrió convocatoria de concertación con ‘jugosos’ premios.

“¿No ven?, ya soy decente: me fue fácil. Que el público se agrupe y que me aclame.” Dice Silvio Rodríguez en su satírica canción después de haber sido increpado por cantar “cosas indecentes”.

Mientras tanto, en la otra dimensión, el arte líquido —para invocar a Bauman meramente desde la idea de flexibilidad— se adapta a lo que hay. Conforme se escuchan lloriqueos burocráticos, los artistas buscan alternativas para no frenar sus procesos creativos, formativos y de circulación o exhibición. 

Como el agua que se ajusta a su recipiente, los festivales y obras se acomodan a las nuevas formas de hacer cultura. 

El 11 de agosto se conocieron los niños ganadores del Festival Nacional de Música Andina Colombiana Turpial Cafetero, después de un proceso mediado por las Tic, donde participantes de todo el país enviaron sus interpretaciones que fueron exhibidas a través de Youtube.  Proceso similar se vive con el Danza Fest, evento de la fundación Danzar, donde parejas nacionales e internacionales, entre el 22 y el 29 de agosto, presentan sus coreografías, además de seminarios a través de las plataformas digitales. 

Arte impulsado en el Quindío, que no se detiene a pesar de las dificultades financieras y que trasciende a las presentaciones de fogueo de los primeros días de pandemia, para convocar a artistas y espectadores a seguir la dinámica cultural.

Hay más. Han estado presentando funciones de danza y teatro, La Loca Compañía, igual que el grupo Teatro Azul y Fundanza con transmisiones en plataformas digitales. Se prepara la décimo novena versión del festival Cuyabrito de Oro, que por primera vez saldrá del escenario para reunirse en pantalla entre el 20 de septiembre y el 4 de octubre y afina detalles el Festival Cine en las Montañas para salir al aire en una versión online entre el 7 y el 14 de septiembre bajo la premisa biodiversidad y territorio.

Tres preguntas quedan de esta corta reflexión. ¿Estamos preparados técnica, conceptual y narrativamente para hacer eventos digitales con un mínimo nivel estético? Un común denominador en las promociones de los eventos es el logo del ministerio de Cultura. ¿Se podrían haber hecho sin los recursos de concertación y estímulos nacionales? Finalmente, ¿cuál ha sido el aporte del departamento en los eventos que usan su logo? Hasta donde sabemos no han ejecutado recursos. O es que se acomodan —como el agua— o no nos han contado toda la historia. 

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lunes, 24 de agosto de 2020

Encapsular el tiempo

Cuando la magia se hizo, por cuenta de la física y la química, debían pasar horas antes de poderse ver el resultado: Una vista por la ventana, la imagen de un personaje, un bodegón. Este fue un proceso que pasó de ser un ritual complejo a convertirse en uno; casi, casi, insulso. 

Ayer 19 de agosto se conmemoró el día internacional de la Fotografía. En esa fecha, Louis Daguerre presentó al mundo el daguerrotipo y de manera oficial nació esta bella forma de expresión que, ahora, está al alcance de casi todo el mundo.

Al principio, capturar la imagen fue un proceso que implicó conocimientos propios de las ciencias puras, además de los estéticos. Con el paso del tiempo, el dispositivo ha dejado de ser un mecanismo complejo para convertirse en una interface transparente, en el sentido de no evidenciar su funcionamiento, sino de la obtención misma del resultado: una imagen.

Lo anterior ha devenido en una suerte de saturación visual que hastía y banaliza la imagen. Ahora no se necesita ni ciencia ni estética. La cámara es sinónimo de teléfono móvil, de inmediatez, de ¿improvisación?, de muchas fotos de cualquier cosa —un poco o mucho— en contravía de lo que afirmaba Hanssel Adams: “Una fotografía no es un accidente, es un concepto”, pero claro, el maestro estaba en otro contexto.

La condición evocativa de la fotografía se hace más poderosa con el paso de los años, es decir, con el añejamiento del motivo fotográfico. Al volver a una imagen el carrete se devuelve y se pone en perspectiva la cápsula del tiempo: los olores, los colores, la textura. Cuando nos enfrentamos a una imagen de hace unos años, no es, simplemente, su capacidad icónica la que nos confronta, sino lo que está fuera del cuadro. Por eso, tras la facilidad de apuntar y disparar —que no es del todo reprochable— sería conveniente revisar y depurar, con la conciencia de imaginar con qué nos queremos encontrar dentro de —por decir algo— cinco años, cuando estemos revisando los archivos. Allí valdría la frase de Elliott Erwitt cuando se refiere a la fotografía: “Se trata de encontrar algo interesante en un lugar ordinario. Me he dado cuenta de que tiene poco que ver con las cosas que ves y mucho con cómo las ves”.

Entonces, los verdaderos fotógrafos podrán decir: se están mezclando peras con manzanas —tener un celular con cámara no hace a nadie fotógrafo— a lo que debo responder, cocinar no nos hace chefs, pero nos metemos a la cocina; ni elegir la ropa asesores de imagen, y a diario seleccionamos nuestro vestuario. Así que, entrados en gastos hagámoslo bien.

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sábado, 15 de agosto de 2020

Julio Sánchez sin filtros

Un filtro es algo que está interpuesto entre dos partes y que cambia, dependiendo de la densidad, las características del contenido dejando pasar solo una selecta parte de este.

 

En nuestro país hay una inmensa cantidad de filtros ideológicos que únicamente dejan pasar lo que el individuo cree desde sus prejuicios o bagaje. Conforme avanza el tiempo, entre más ha trabajado el filtro más denso se vuelve y menos opción de deje fluir ideas contrarias. El choque entre el tamizaje de dos filtros es lo que llamamos polarización.

 

Este fin de semana se conocieron unas transcripciones de conversaciones entre el periodista Julio Sánchez Cristo con el abogado Diego Cadena. El también periodista Gonzalo Guillén las sacó a relucir como una “gran revelación” anunciando que Sánchez Cristo trabaja para el abogado Cadena y su ex cliente el Senador Álvaro Uribe Vélez (AUV).

 

El filtro de Guillén es profundamente denso, raya con el fanatismo y el odio, e impide tomar distancia para presentar los hechos con meridiana objetividad. Sus ‘hallazgos,’ fruto de un ejercicio o relación periodista/fuente —alguien le debió entregar esas transcripciones—, son presentados de manera tendenciosa haciendo énfasis solo en unas partes de lo que exponen las grabaciones ordenadas por la corte.

 

“Es que le estoy diciendo aquí a Julio Sánchez, que el es mi amigo pero no me llama a preguntarme sobre acusaciones de bandidos…”  Dice un aparte de la transcripción de la conversación de AUV. ¿Qué prueba eso? Pues en mi saber y entender, lo que demuestra es que el periodista Julio Sánchez no interpone su amistad al criterio periodístico para el tratamiento de la información. Si eso lo dice un personaje con el poder y capacidad de influencia del ex presidente, creo que habla más bien que mal de Sánchez Cristo.

 

Otra comunicación, con ínfulas de gran noticia, es entre Diego Cadena y Julio; allí el abogado le dice que las cosas salieron bien en una entrevista y que “el hombre expuso todo, explicó. Félix le estaba dando ahí un poquito de garrote, pero, pues bien, su trabajo.” De nuevo una conversación a favor del director de la W, porque demuestra que hay variedad de puntos de vista en las entrevistas y que no se interfiere en los miembros del equipo para la realización de su trabajo. Son claras las posiciones ideológicas de Félix y Yamit Palacio versus las de María Isabel Rueda y Alberto Casas, constantemente se les escucha al aire a unos y otros plantear sus opiniones libre y profesionalmente. 

 

Ayer en su programa de la mañana, Julio Sánchez fue requerido por un entrevistado que le pidió explicaciones sobre el hecho, a lo que el experimentado periodista respondió planteando la importancia de cultivar y cuidar las fuentes “la fuente es sagrada” dijo. —Eso lo debe saber y aplicar Guillen que ha ser muy amigo de sus fuentes en la corte y en la selva—. 

 

Julio también manifestó que ha apoyado abiertamente a críticos del expresidente Uribe —como a Daniel Coronell y Daniel Samper,lo que se contradice con versiones de que es un periodista fletado por el Uribismo —uno no aúpa a los contradictores de sus clientes—. También se refirió a la afirmación de que le gusta hablar con bandidos "Sí, hablo con ellos, por que con los bandidos es que uno conoce otros puntos de vista de la noticia". Finalmente recibió el apoyo de su equipo de trabajo quienes manifestaron que ejercían su labor libremente.

 

Julio Sánchez Cristo ha sido uno de los periodistas más respetados del país y se ha ganado un espacio en el mundo por su revolucionaria forma de ver la información radial de la mañana. Por las cadenas y emisoras por donde ha pasado ha generado altos niveles de audiencia y ha logrado tener en sus micrófonos a personajes de toda índole: política, del negocio del entretenimiento y de la ciencia entre otros. Ha sido crítico de muchos temas nacionales y ha apoyado causas benéficas. No es perfecto, tiene fama de malgeniado y vano, pero, ¿quien puede negar su gran talento y capacidad periodística y mediática? De mi parte, admiración y respeto.

 

Lo mejor es usar gafas con doble filtro.

 

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Convocatoria ‘Espinosa’

En el año 2015, justo después de perder las elecciones y un par de meses antes de entregar el gobierno, la hoy destituida e inhabilitada, Sandra Paola Hurtado, gestionó un paquete de ordenanzas en la asamblea de Quindío que pretendían hacer una transferencia de recursos manejados por el departamento a los municipios —donde sí había ganado—. El espíritu era claro, no perder el control del dinero y la burocracia en donde podía manejar la plata y donde no, ‘frenar’ al padre Carlos Eduardo Osorio Buriticá.

La historia de las ordenanzas es conocida, fueron demandadas y el departamento ganó, impidiendo así que los dineros pasaran directamente a ser manejados por los alcaldes. Pero 2 de ellas quedaron intactas porque, por encima del control presupuestal, pesó honrar la promesa del bien común. 

La reglamentación del uso de los recursos de la estampilla procultura del departamento para invertirlo en las convocatorias de concertación y estímulos, ha sido un querer del sector cultural desde hace varios años. En el seno del consejo departamental de cultura se discutieron y plantearon propuestas para que, de una manera equitativa, se dispusieran los recursos recaudados por cuenta de la mencionada estampilla a apoyar proyectos de arte y cultura que debían ser presentados en una convocatoria pública.

Antes del 25 de octubre de 2015, el texto de las ordenanzas era uno; el que llegó en noviembre a la asamblea estaba cargado de maña, dicen que la propia candidata perdedora Sandra Gómez supervisó su redacción y determinó con lujo de talles: fechas de apertura, conformación de un comité que aprobara los términos y supervisara el proceso —nombrado por los alcaldes, que curioso— y destinó la totalidad del dinero del recaudo de estampilla a las bolsas concursables. Un dinero que fue manejado de manera discrecional durante cuatro años por los salientes, y que, en un abrir y cerrar de ojos quedó condicionado solo para ser entregado mediante convocatoria y solo a quienes cumplan los requisitos de la ordenanza.

Durante el gobierno de Sandra Paola Hurtado una cantidad importante de plata de la cultura, y posiblemente de la estampilla, transitó por el Fondo Mixto de la Cultura y las Artes del Quindío. Bajo la gerencia, en ese entonces, de Jorge Iván Espinosa —muy de la casa Hurtado-Pareja— hoy secretario departamental de Cultura y a quien le correspondería hacer cumplir las ordenanzas aprobadas en 2015 y presentadas por sus padrinos políticos.

Transcurrida la mitad del año, no solo no se ha cumplido con las fechas de apertura de las convocatorias, mientras el sector pasa trabajos y reclama lo que le corresponde, sino que se anuncia una ‘espinosa’ ‘convocatoria exprés’ con el dinero de la estampilla procultura, es decir, pretenden pasar por la faja las ordenanzas, que sí aplicaban para el gobierno anterior, pero al parecer, para Jorge Iván, no.

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lunes, 10 de agosto de 2020

Chespirito

Tan pronto como salió la noticia del fallido acuerdo entre la familia de Roberto Gómez Bolaños con Televisa y la subsecuente decisión de sacar del aire unos programas que llevan 47 años entreteniendo, divirtiendo, poniendo a volar la imaginación. Vigentes en términos narrativos y estéticos. Apareció un grupo de extremistas —esos que pontifican los derechos y reclaman libertades, pero solo en una dirección— a celebrar porque, según la sensibilidad contemporánea, el programa es machista e “impone los clichés de las mafias televisivas” además porque, según ellos, Chespirito fue, —palabras más, palabras menos— un fascista encargado de distraer al mundo mientras los dictadores de América Latina hacían de las suyas.

Algunas de esas apreciaciones aparecen en un artículo —que no referenciaré, para no hacer promoción de semejante barbaridad— en donde afirman, entre otras, que Chespirito estaba en contra del aborto y era proclive a los gobiernos del momento. Crítica absurda, no porque sea más o menos reprochable la posición ideológica del artista, sino porque no procede valorar la obra por la posición política del creador. Algo comparable —produciendo el mismo nivel de indignación— con la descalificación a Gabo por ser cercano al régimen castrista cubano.  

Le reclaman a Roberto Gómez que, él y los personajes de sus programas se presentaron en países controlados por dictaduras. Lo que es apenas obvio por ser coetáneos los acontecimientos políticos con la maduración de la obra de Chespirito y el éxito arrollador de audiencia. 

Una de las funciones fue en el Estadio Nacional de Chile, lugar tristemente célebre por haber sido usado como campo de concentración en 1973. Cuatro años más tarde fue la función que le critican al humorista. Guardadas las proporciones simbólicas —y justificadas— del lugar; habría que pensar, entonces, que los amantes de la naturaleza no pueden volver a acampar en las montañas colombianas, porque sería una afrenta contra las víctimas de la guerrilla que vivieron el atroz crimen del secuestro, encarcelados en jaulas en medio de la selva. Ni hablar de las violaciones y reclutamiento de menores de los que han sido testigos esos lugares que para algunos son símbolo de aventura, aire puro y espaciamiento.

El universo de la CH creado por Roberto Gómez Bolaños es un espacio habitado por personajes maravillosos que representan las relaciones humanas, en el marco de la vecindad —que es el escenario de encuentro— los personajes son arquetípicos pero auténticos. Diferentes a los referentes de la comedia de situación internacional del momento; estos, muy mejicanos pueden ser muy latinoamericanos.

La narrativa, fácil, desde la perspectiva de chistes y frases reiterativas, generó apropiación y fidelidad de la audiencia. Un desborde de creatividad que se valió de recursos de producción y, sobre todo, de montaje, para ilustrar situaciones divertidas que al final dejan ver en medio de la marcada imperfección de los personajes —como seres humanos— la dimensión moral que dejan las historias.  

El Chavo, el Chapulín y las demás creaciones de Chespirito, no deberían depender de negociaciones o mezquindades, sino, estar al alcance de todos, esperemos que vuelvan pronto.

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domingo, 2 de agosto de 2020

Letra Muerta




Síntesis Conceptual

 

Camuflado entre letras y velos en lo evidente se esconde la miseria.  

 

La calavera es tan explicita como debería ser cuidarse, pero es ignorada a pesar de llevarla encima.

 

El desacato, la inconsciencia, la desobediencia presentan sus consecuencias de manera tan natural que parece bella.

 

Letra muerta es una serie de obras de fotografía dimensional que reflexiona la muerte que circunda la pandemia. 

 

Letra muerta es la que se escribe y no se cumple, como las reglas, es la calavera, sublime y obvia, inconfundible signo de la muerte y el peligro, tejida entre capas que la adornan, que le dan profundidad, es la muerte plasmada en vidrio frio, como ella, escrita con sinónimos, con eufemismos, con consecuencias, velada entre color y blanco y negro, dimensionada, fragmentada, difuminada.

 

La muerte, inexorable e irresponsablemente convocada.  

 

Esta serie se realizó con fotografía digital procesada en photoshop, impresa por capas, unas en vinilo transparente y otras sublimadas en velo y tela antifluido de la que hacen los tapabocas, también hay recorte de papel periódico.

 






Título:        Letra Muerta 1

Autor:         Jorge Urrea

Técnica:       Fotografía dimensional sublimada en velo y tela 

               Anti fluidos

Dimensiones:   34x34x3cm

Año:           2020


En la próxima entrada otra obra de la serie.

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