Desde la semana pasada y durante la presente, se lleva a cabo, por plataformas digitales, la versión 2020 del Bogotá Audiovisual Market (BAM), un espacio que desde hace 11 años convoca a creadores de contenido y exhibidores en la búsqueda de hacer visible la industria audiovisual colombiana.
En el evento se realizan ruedas de negocios y se establecen contactos que permiten ampliar el reconocimiento de los diferentes agentes del sector audiovisual, lo que termina en un completo directorio de profesionales y casas productoras que podrían, casi casi, cumplir con lo que se le ocurra a un creador en términos de producción de contenido. Adicional a esto, se realizan procesos formativos que permiten la actualización de conocimiento que proviene desde los protagonistas mismos de la industria.
Como era de esperarse, parte de los temas expuestos tienen que ver con el futuro del sector en días de pandemia y pos pandemia. Cunde el pánico por el regreso a los sets y las complejidades de un trabajo, que es eminentemente grupal, en condiciones de distanciamiento social. La Covid-19 afecta la industria en las etapas de producción y exhibición; posiblemente lo que sí está fluyendo es el proceso creativo en la etapa de desarrollo.
El tema no ha sido tratado solo por la faceta académica del BAM, múltiples eventos como el Festival de la Imagen de Manizales o la página de Facebook especializada Cinelandia, entre otros, han reunido profesionales del sector para debatir sobre sus experiencias al juntarse de nuevo con los equipos de producción y talento.
Algunos ejercicios de rodaje alternativo como la serie de RCN tv Confinados o la película de Harold Trompetero El Baño, han sido grabados de manera individual por los mismos actores con equipos móviles, esto de alguna manera cambia los modelos productivos y las formas narrativas, y sirve de laboratorio para nuevos esquemas de producción audiovisual colaborativa; sin embargo, el tema de volver a rodar con el equipo congregado representa otro reto.
Para regresar al set, los productores deben procurar realizar la etapa de preproducción, fundamentalmente, en la modalidad de teletrabajo, sólo con las salidas indispensables; conformar equipos de producción sustancialmente más reducidos de lo habitual y, como en el futbol, tener una ‘banca’ que pueda cubrir posibles ausencias por enfermedad en cualquiera de los roles; además, acatar el protocolo, establecido por el Gobierno en el trabajo conjunto de varias agremiaciones de la industria. Esto, en términos de costos y rendimiento, se calcula que puede encarecer las producciones en un 20 a 30 porciento e incrementar los tiempos de rodaje en un porcentaje similar.
Los guionistas, ahora, deben escribir historias si abrazos, sin besos y ni hablar de otro tipo de escenas. El diario el País reseño esta semana: “Escenas de amor con maniquíes: la nueva normalidad en los rodajes de Estados Unidos”, al contrario, en Colombia, según la revista Semana, “Los canales Caracol y RCN pararon un total de 38 producciones y se estima que hasta que se desarrolle una vacuna no se reiniciarán los rodajes de nuevos programas.” Mientras tanto, en el eje cafetero el Canal Telecafé acaba de asignar la producción de 10 realizaciones, 5 de documental y 4 ficción que deberán ser entregadas antes del 31 de diciembre del 2020, al igual que otras producciones dentro de las que se encuentra un reality show, —formato cuya premisa narrativa está establecida por la interacción humana, ya sea en talento, pruebas físicas o convivencia—.
Lo más probable es que estos equipos de producción se encuentren en el campo y en el set entre los meses de agosto y octubre en pleno pico de la pandemia.
¿Están dadas las condiciones?
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