¡La cultura en Quindío va de maravilla! Esta semana se anunció que se entregarían los ‘incentivos’ a los 714 artistas beneficiados con el dinero que proviene de los recursos del Iva a telefonía móvil. Un pequeño paso para el sector cultural, pero un gran paso para la secretaría de Cultura departamental —que bajó bandera—, además Corpocultura abrió convocatoria de concertación con ‘jugosos’ premios.
“¿No ven?, ya soy decente: me fue fácil. Que el público se agrupe y que me aclame.” Dice Silvio Rodríguez en su satírica canción después de haber sido increpado por cantar “cosas indecentes”.
Mientras tanto, en la otra dimensión, el arte líquido —para invocar a Bauman meramente desde la idea de flexibilidad— se adapta a lo que hay. Conforme se escuchan lloriqueos burocráticos, los artistas buscan alternativas para no frenar sus procesos creativos, formativos y de circulación o exhibición.
Como el agua que se ajusta a su recipiente, los festivales y obras se acomodan a las nuevas formas de hacer cultura.
El 11 de agosto se conocieron los niños ganadores del Festival Nacional de Música Andina Colombiana Turpial Cafetero, después de un proceso mediado por las Tic, donde participantes de todo el país enviaron sus interpretaciones que fueron exhibidas a través de Youtube. Proceso similar se vive con el Danza Fest, evento de la fundación Danzar, donde parejas nacionales e internacionales, entre el 22 y el 29 de agosto, presentan sus coreografías, además de seminarios a través de las plataformas digitales.
Arte impulsado en el Quindío, que no se detiene a pesar de las dificultades financieras y que trasciende a las presentaciones de fogueo de los primeros días de pandemia, para convocar a artistas y espectadores a seguir la dinámica cultural.
Hay más. Han estado presentando funciones de danza y teatro, La Loca Compañía, igual que el grupo Teatro Azul y Fundanza con transmisiones en plataformas digitales. Se prepara la décimo novena versión del festival Cuyabrito de Oro, que por primera vez saldrá del escenario para reunirse en pantalla entre el 20 de septiembre y el 4 de octubre y afina detalles el Festival Cine en las Montañas para salir al aire en una versión online entre el 7 y el 14 de septiembre bajo la premisa biodiversidad y territorio.
Tres preguntas quedan de esta corta reflexión. ¿Estamos preparados técnica, conceptual y narrativamente para hacer eventos digitales con un mínimo nivel estético? Un común denominador en las promociones de los eventos es el logo del ministerio de Cultura. ¿Se podrían haber hecho sin los recursos de concertación y estímulos nacionales? Finalmente, ¿cuál ha sido el aporte del departamento en los eventos que usan su logo? Hasta donde sabemos no han ejecutado recursos. O es que se acomodan —como el agua— o no nos han contado toda la historia.
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