Descargue Carmesí

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Carmesí es un libro ilustrado de Microcuentos, disponible bajo licencia Creative Commons 4.0 (CC,BY) escrito por Jorge Urrea. Siéntase libre de Descargarlo y compartirlo

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sábado, 28 de noviembre de 2020

Sed de regulación

Hace apenas una década, en la industria mediática,  la tendencia era la desregulación y la generación de conciencia del autocontrol en los medios de comunicación. Hoy, en los círculos ilustrados de las hipermediaciones, se puede apreciar una gran sed de regulación que pretende recaer sobre las plataformas.

Se entiende por regulación la intervención de las autoridades públicas con el objetivo de controlar el comportamiento del ecosistema mediático, y de acuerdo con Guillou, se ejerce en un sistema turbulento, complejo, influido por las tecnologías emergentes, la multiplicación de actores y rivalidades ideológicas. Esto podría dar la razón a quienes claman por la regulación, pues describe fielmente el escenario de las mediaciones digitales actuales.

La escasez del recurso hace necesario el control. Sí, cuando hablamos de medios radiodifundidos estos llegan hasta los usuarios a través del espacio radioeléctrico, un recurso finito, bajo la tutela del Estado, que pone en ventaja absoluta a quienes pueden acceder a él, pero los ‘nuevos medios’ corren por internet y éste, si bien no es infinito, no es tan limitado. Así las cosas, las posibilidades de ofertar servicios y contenidos están al alcance de todos y dependen de la creatividad y tenacidad de los creadores. Ya es conocido que muchas de las grandes plataformas o industrias tecnológicas iniciaron en un garaje.

En una reciente conferencia sobre el tema, reseñada por observacom.org, algunos de los expertos manifestaron que dentro de la regulación se debía ejercer control sobre los algoritmos de las plataformas, el anonimato en las redes sociales, los discursos de odio y la capacidad de respuesta de las plataformas sobre ciertos contenidos, también afirmaron que la regulación sobre aplicaciones audiovisuales se debe hacer por un tema de “soberanía nacional”, por lo que se debe exigir la oferta de contenidos locales de manera recíproca. Otras líneas propenden, también, por el pago de impuestos por parte de las plataformas.

Como dicen las abuelitas “ni tanto que queme al santo ni tan poco que no lo alumbre”, la regulación, para que sea útil, implica profundo conocimiento de un ecosistema en constante evolución y esto resulta en que cuando la regla se expide el modelo ya está en su curva descendente, es decir, llega tarde.

Por otro lado, se corre el riesgo de descargar el peso de ley sobre los ciudadanos de a pie en vez de sobre las plataformas. Solo por poner un ejemplo, ¿Quién cree que paga el cargo adicional de los impuestos cobrados a Netflix? 

Zapping: Se mueve el área audiovisual en el Quindío. Esta semana pudimos disfrutar del Festival Quindiano de Cine y Video. Por otra parte, mañana viernes 27, a las 9 a. m., Miguel Urrutia, reconocido guionista, director y productor, estará dando su taller de cine recursivo a través de la página de Facebook de Quindío Tomando Escena, proyecto ganador de concertación departamental.

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domingo, 22 de noviembre de 2020

Ley de turismo

Esta semana se encuentra en segundo debate la nueva ley de turismo, en la que el representante quindiano a la Cámara, Diego Javier Osorio, es coautor. Esta ley, de importancia nacional, le concierne al Quindío en la medida en que el desarrollo de nuestra industria turística va in crescendo y se verá directamente afectada o beneficiada de los mandatos que allí se establezcan. 

La ley es amplia, pero en esta columna destacaré 3 objetivos que se desarrollan en los 32 artículos del texto que se encuentra en trámite legislativo.

En el proyecto de ley se presentan artículos transitorios que propenden por la reactivación económica del sector con beneficios como la disminución del Iva en pasajes aéreos, hoteles y servicios turísticos hasta diciembre de 2021. Esto indudablemente debería incentivar el consumo de los viajeros, siempre y cuando los empresarios del turismo, en el ejercicio del libre mercado, no decidan aumentar los precios para su beneficio individual.

El control a la informalidad en la prestación de los servicios turísticos se extiende a las plataformas digitales, un campo que poco ha sido regulado en Colombia, así, la ley no solo las conmina a estar inscritas en el Registro Nacional de Turismo, sino a trabajar estrictamente con prestadores del servicio que también lo estén, a entregar información al ministerio de Comercio, Industria y Turismo, y a pagar contribución parafiscal, lo cual las pone en las mismas condiciones de los operadores tradicionales.

El proyecto de ley establece que: “Zonas urbanas, de expansión o rurales, ecosistemas, paisajes, plazas, vías, monumentos o construcciones” podrán ser declarados, por los concejos y las asambleas, como atractivo turístico. Esto con el fin de regular las capacidades de carga, es decir de cantidad de visitantes, y, entre otras, establecer un punto de control que cobrará a los turistas e invertirá los recursos en la salvaguarda de los atractivos. Sin embargo, el Quindío, según lo manifestó el representante Diego Javier, no cuenta con muchos de estos recursos turísticos declarados en el censo actual por el ministerio del ramo. 

Hasta el momento la ley ha contado con la aceptación del sector turístico y va haciendo su trámite de manera exitosa en el Congreso, por lo que muy pronto será un hecho.

Zapping 1: Pueblo Panaca es un proyecto piloto a nivel nacional que se acoge a la denominada ‘infraestructura para proyectos turísticos especiales’ establecida en el PND vigente. Así, gozará de las condiciones tributarias especiales del 9 % de renta que se presentan en la ley de crecimiento económico. No hay que confundir esto con las zonas turísticas especiales que nunca fueron reglamentadas por el gobierno. 

Zapping 2: Se habla de nuevo del teatro y la biblioteca departamental, dijo el representante Osorio que en conversaciones con la presidenta de Fontur, ella ha manifestado su interés de ayudar en la iniciativa, para lo cual se requiere que tanto alcalde como gobernador ‘se pongan la mano en el considere’, asignen de manera definitiva el lote y adelanten los estudios y diseños.  Qué bueno sería que se alinearan estos intereses en pro de la cultura regional.

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viernes, 6 de noviembre de 2020

Presión

 El insuceso de los contratos directos en Corpocultura no debería ser achacado solamente a su directora —aunque sabemos que a los ojos de la justicia responde el representante legal y que finalmente es este quien toma la decisión— mucha responsabilidad tienen quienes han sostenido en múltiples ocasiones que la cultura goza de un régimen especial o que está cargada de “tecnicismos” en contratación. Afirmaciones sacadas de la manga y lanzadas a la ligera y que tan solo aportan en la siembra de dudas, pero que dan cero certezas. 

 

Acostumbrados a que, otrora, sin más requisitos que la cédula recibían contratos,  al templar las riendas a la vieja guardia de artistas y gestores, estos, airosos reclaman por la complejidad de los procesos, la burocracia y la exigencia. La presión se siente sobre los hombros de los que sí deben responder ante la justicia y las imprudencias ocurren.

 

Ahora, después de lo indeseable, se rasgan las vestiduras en redes sociales por uno o dos días y después… allá él o la encartada con su problema. Y dirán: Lo que sigue es exigir que nos pongan un nuevo director que podamos presionar —perdón— que nos escuche.

 

El sano equilibrio entre la veeduría ciudadana y la administración no debe traspasar las fronteras hasta la co-administración, es decir, asesorar, vigilar no significa presionar y mucho menos controlar; además no debería ser selectivo sino como la ley,  ¡para todos! Una reconocida dama de la cultura afirmó, refiriéndose al deber del Consejo Departamental de Cultura “nosotros no le respiramos en la nuca a la Secretaría” —Eso depende de quien esté allí sentado‑. 

 

No digo que el caso particular de Corpocultura en los últimos días es consecuencia única de la presión —sea cual fuere el origen de la misma— sino que esta aporta fuertemente a la toma de decisiones. 

 

Los cargos públicos son un servicio que cada día se convierte más en un trabajo de alto riesgo, se peca por acción y por omisión y se está expuesto a toda clase de presiones y al desconocimiento de la gestión. Mi solidaridad con Dina Rodríguez, espero que pronto se pueda resolver su situación y mi repudio para quienes quieren funcionarios de bolsillo que aplauden cuando les conviene y señalan cuando no, los mismos que son ciegos a los verdaderos resultados en pro del bien común y prefieren seguir en el viejo modelo, en vez de exigir y participar en convocatorias públicas transparentes, dizque  porque son muy complejas y “yo un soy artista no un burócrata”.

 

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El que mucho escoge…

Una de las características preponderantes de la digitalización de los medios de comunicación es la fragmentación, esto aplica para la segmentación de contenidos, audiencias, clientes, usuarios y un largo etc.

En la historia de los medios de comunicación, el cambio se ha evidenciado en el paso de contenidos generalistas agrupados en un solo medio, pasando por medios especializados en temas específicos, hasta la segmentación extrema, tanto de contenidos como de soportes. Algo así como una gran explosión que dejó como resultado un universo de posibilidades que podría decirse que incluso son difíciles de identificar.

Por allá a principios de los noventa el boom de las parabólicas permitió acceder a gran variedad de canales de televisión internacional. En particular de la televisión peruana que traía consigo programas de reportajes con un ligero e interesante tinte sensacionalista, pero también series y telenovelas. Para ese entonces más de 30 canales era una exageración. Con los años la tecnología cambió y la oferta aumentó; hoy pasan de 100 los canales ofertados en la televisión cerrada. 

Al llegar Netflix y su catálogo de más de 5.000 títulos, entramos a la denominada cuarta ola tecnológica y la elección se hace más compleja aún. Si a esto se le suma la segmentación dentro de los propios servicios de televisión bajo demanda —conocidos como OTT— entonces aparecen opciones como Amazon Prime, HBO, Crunchyroll, Hulu, entre otros muchos que incluyen la más reciente, Disney +. Cada uno arañando una parte de la audiencia y ofreciendo contenidos exclusivos y de gran calidad técnica que paradójicamente podrían representar un giro en u.

Siguiendo en los 90, para poseer una canción había que comprar el disco completo, así fuera solo 1 de 10 temas el que motivara la compra, con las plataformas musicales ahora se puede adquirir una sola canción o pagar una suscripción para acceder a un universo de alternativas, lo irónico es que en el audiovisual, gracias a la fragmentación, para poder ver una serie en particular toca pagar la suscripción completa a una plataforma —como volver al cd— y todas nos tientan con productos exclusivos, es decir que pasamos de un contenedor con muchas alternativas a muchas alternativas de contenedores que complejizan y hacen más costoso el entretenimiento. 

Para poner un ejemplo, según reviews.org en promedio un usuario de Netflix tan solo ve el 2 % de los contenidos ofertados, pero ahora con la llegada de Disney +, muchos ya están considerando la suscripción a esta plataforma porque sus contenidos no se podrán ver en ninguna otra. Al paso que vamos podrían ser decenas de suscripciones que sumadas son toda una renta. 

Ante tantas opciones —como reza el adagio— el que mucho escoge con lo peor se queda.

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lunes, 2 de noviembre de 2020

El valor de las imágenes

 En un momento en el que la saturación visual es casi imposible de medir y controlar, y a propósito de que esta semana se celebró el Día Mundial del Patrimonio Audiovisual, es pertinente reflexionar sobre el valor de las imágenes, en términos de conservación de la memoria y la calidad de los contenidos que ellas representan.

Con el nacimiento del cine en 1895 no solo aparece una forma de entretenimiento, sino un poderoso mecanismo de fijación de la historia, que con los avances tecnológicos ha pasado de ser de uso exclusivo de unos cuantos para estar al alance de todos —un informe del portal statista.com estima que para 2021 habrá casi cuatro mil millones de celulares inteligentes con cámara— poniendo así, en manos de muchas personas la creación y preservación de la historia a partir de sus registros de imagen en movimiento.

Considerando la gran cantidad de videos que se suben a redes sociales —solo por poner un ejemplo, según Tubefilter, en Youtube se cargan 30.000 horas de video cada hora—.   surgen dos retos: la selección con criterio y la preservación. 

En cuanto a la selección, sería imposible que lo hiciera, de manera exclusiva, una entidad o persona. Así que la importancia de celebrar el Día del Patrimonio Audiovisual consiste en que cada tanto recordemos que todos somos responsables de lo que verán las generaciones venideras, por lo que debemos cuidar de los contenidos audiovisuales que dan cuenta de acontecimientos de la sociedad, pero también de los eventos familiares que en algunos años permitirán comprender las costumbres y procesos cotidianos. Por eso, debemos buscar que en nuestros registros queden testimonios visuales dignos de recordar y de estudiar.

En lo referente a la preservación, además de la conciencia individual de atesorar las imágenes, deben las casas productoras de audiovisual profesional establecer los mecanismos necesarios que permitan la conservación de sus piezas audiovisuales. Mientras, el Estado tiene la obligación de garantizar políticas públicas que faciliten la catalogación y el técnico almacenaje de los archivos, considerando el desgaste de los soportes de filmación y grabación y la obsolescencia tecnológica que en muchos casos imposibilita el acceso a material valioso. En esto juegan un papel fundamental los canales públicos del orden nacional y regional.

Zapping: A propósito de la memoria audiovisual, se recibe con beneplácito la noticia de que Calarcá dará continuidad al Museo Gráfico y Audiovisual del Quindío, esta institución, en cabeza de Luis Fernando Londoño, cumplió a cabalidad con el quehacer de salvaguardar la memoria audiovisual del Quindío, gracias a él hemos podido rememorar espacios, personajes y acontecimientos de la historia de nuestro departamento con imágenes de una época donde no era, como hoy, común contar con registro de imagen en movimiento.

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