Habíamos dicho que la tele regional nació como un grito de independencia de las regiones ante la ‘bogotanización de la televisión’.
Una vez creados los canales —8 en la actualidad—, el primero, Teleantioquia en 1985, Telecafé a mitad de camino en 1996 y el último Teleislas en 2004. Éstos, comenzaron su proceso de crecimiento.
Al principio se trató de una TV que exploraba los contenidos propios, con recursos técnicos aceptables para el momento, pero que pronto se hicieron viejos por el vertiginoso avance de la tecnología. Así, para el caso de Telecafé, por ejemplo, el garantizar el cubrimiento de su zona de influencia, en los 53 municipios del Eje Cafetero, implicaba llevar la señal a través de 18 estaciones de transmisión distribuidas en el territorio, mismas que durante algún tiempo, junto con otros aspectos, no lograron propiciar calidad de imagen y sonido —Lo mínimo que debe hacer la televisión es verse y oírse bien—.
Lo anterior creó el imaginario de un medio anquilosado, ‘descolorido’, afectando los contenidos —que tampoco ayudaban—.Muchos, creados por productores empíricos que veían el canal más como una oportunidad de negocio y plataforma política, que como un medio para la narración de la identidad y del paisaje de esta zona del país llena de colores vibrantes.
Los recursos eran pocos, las transferencias de la nación insuficientes y los procesos comerciales complejos, porque la industria local poco creía y conocía del medio audiovisual como herramienta de posicionamiento.
Esta situación y la necesidad de programar 24/7 llevaron al modelo de ‘telesillón’, caracterizado por el predominio de la entrevista, que da primacía a la voz, que se realiza en estudio en condiciones controladas y pone toda la carga del contenido en la figura del periodista o entrevistador; en detrimento de la imagen. Característica determinante del medio.
La televisión de sillón —que después se adornó con un televisor plasma, que ha ido ganando tamaño— es fácil de producir, económica y llena espacio en parrilla, pero desaprovecha los escenarios naturales, la diversidad de personajes y la acción o movimiento de lo que sucede en las regiones.
El paso, afortunado, por la CNTV de los 3 últimos comisionados representantes de los canales regionales, permitió que la dinámica de la dura adolescencia del medio cambiara para bien. Y llamó la atención a los gerentes de los canales sobre la necesidad de participar en la política audiovisual del país; es decir, de no solo ser receptores sino movilizadores, para eso hay que conocer la industria, es complejo concertar sin la información adecuada.
En la siguiente columna veremos cómo las cámaras salieron del estudio para mostrar los eventos representativos de la región, los documentales y crónicas se ajustaron más a la doctrina y llegó la ficción a la televisión regional. También nos preguntaremos ¿Cómo entra la televisión regional en la transformación digital?
Nos vemos en la red (0)
No hay comentarios:
Publicar un comentario