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Carmesí es un libro ilustrado de Microcuentos, disponible bajo licencia Creative Commons 4.0 (CC,BY) escrito por Jorge Urrea. Siéntase libre de Descargarlo y compartirlo

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martes, 27 de abril de 2021

16 años de video

 Era el 23 de abril de 2005, lejos estaba el mundo de imaginar que un clásico video de la visita al zoológico sería el preámbulo de uno de los hitos más grandes en la historia del audiovisual.

 

Mañana se celebran 16 años de haber subido el primer video a la plataforma Youtube, —¿parece poco tiempo verdad?—. En el video, de 19 segundos, se puede ver a Jawed Karim, un joven de 26 años y cofundador de la plataforma, quien habla frente a la cámara en plano de busto y una angulación de tres cuartos, al fondo se ven los elefantes del zoológico de San Diego: “Muy bien. Aquí estamos frente a los elefantes. Lo realmente bueno que tienen estos chicos es que tienen largas trompas. Y eso es genial. Y eso es más o menos todo lo que hay que decir”. Así nació Youtube, con lenguaje coloquial y sin pretensiones visuales.

 

La plataforma creció exponencialmente; en un año alcanzó dos millones de visualizaciones y fue vendida a Google por 1.650 millones de dólares. Pronto, además de los videos simples de la vida cotidiana que registraban las escenas del día a día, —como lo hicieron los Lumière con sus filmaciones— llegaron las producciones elaboradas y hasta se comenzaron a compartir joyas audiovisuales difíciles de conseguir hasta ese momento. —Recuerdo haber batallado para ver con mis estudiantes, de la materia televisión, Nanuk el esquimal, pero de un momento a otro, el primer documental de la historia estaba disponible en la red.

 

Youtube puso al alcance de todos un recurso que se habían reservado las grandes cadenas de televisión, llevar el audiovisual de un usuario a otro; primero con videos de corta duración, después permitiendo extensiones más largas y emisiones de flujo. De esta manera, lo que antes costaba millones por la intermediación de los medios masivos está ahora, de manera gratuita, disponible para quien tenga una cuenta de correo electrónico, sin importar que tan poderoso sea.

 

Lo anterior lo ilustra Diego Beas en su libro, La reinvención de la política, cuando explica el papel de Youtube en la campaña presidencial norteamericana de 2008: ”El anuncio de Clinton no se hizo a través del típico spot de 30 segundos emitido en hora punta… se lanzó en el portal de la senadora y a través de un canal dedicado en Youtube. Aunque la diferencia pueda parecer banal, incluso irrelevante, marcaba el cambio de un modelo en donde el control pasaba de los medios de comunicación al propio candidato”

 

Con Youtube, incluso, se estableció una estética que nace del desconocimiento del lenguaje audiovisual y la falta de preparación del talento en cámara, pero que es tan poderosa que ha logrado influir en los medios convencionales y demostrar esa premisa de la industria del entretenimiento que decreta que, el contenido es el rey.

 

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La televisión vive

La televisión convencional, esa que llega por una antena que está en el techo, o por el operador de cable, no ha muerto ni está en coma, se transforma y se adapta a un ecosistema cambiante y se afianza en los géneros y formatos realizados en vivo y en directo.

 

Un zafio local, mal informado, ha anunciado el ocaso de la televisión regional ante la televisión extendida, sin tener idea de lo que habla —en una entelequia demagógica propia de su mal maestro—.

 

A la televisión la están matando desde hace muchos años, tal como dijeron que moriría la prensa con la llegada de la radio, o la radio con la pantalla chica. Lo que realmente ha pasado es un fenómeno que describió Marshall Mcluhan con esta frase: “el contenido de un medio es otro medio”; con una vuelta de turca Bolter y Grusing complementaron el concepto y lo llamaron remediación. Lo que sucede es que, con la aparición de las nuevas formas de mediación, se reconfiguran los canales existentes de tal manera que aportan sus características a los nuevos, que las adaptan narrativamente a sus particularidades técnicas. Al final, hay un complemento y no una sustitución.  

 

Según una investigación de la consultora ß “la TV paga lineal no sufrió pérdidas de suscriptores a manos del “streaming” en Colombia”, en cambio, aumentó alrededor de 279.000 suscriptores, en relación al 2020.

 

Lo anterior respecto los usuarios de cable, en cuanto a la audiencia, es decir los televidentes,  es pertinente destacar que la televisión en Colombia está operada por privados y por el Estado. La tv privada está tan ‘aburrida’ con las concesiones, que las siguen renovando y pagando cada 10 años y han hecho todo lo posible por mantener el monopolio y no dejar entrar un tercer canal privado —es sarcasmo, por si el zafio no entendió—.Es cierto sí, que han bajado los niveles de audiencia, pero también lo es que la programación que ofrecen en estos canales es generalista, luego,  obvio que algunos televidentes temáticos se queden en el cable o busquen contenidos en las OTT. 

 

Por el lado de la televisión pública el rating no juega —o no debería jugar— un papel preponderante, ya que la función fundamental es construir identidad y ser recolector y guardián de la memoria audiovisual de los territorios. En esa medida, la televisión regional juega un papel fundamental: cubrir zonas inalcanzables para los medios comerciales, a los que no les interesan comunidades que no son consumidores sino ciudadanos como, diría Martin-Barbero.

 

En 2019 cuando el gobierno nacional estaba promoviendo la aprobación de la ley 1978, uno de los principales argumentos fue la necesidad de ampliar la penetración del internet en el país. Decía el viceministro de conectividad que, La diferencia de penetración entre zonas urbanas y rurales es más del 32%, condición que se agrava por estratos socioeconómicos incluso a nivel municipal” y que el 50% de los hogares colombianos no tiene internet.

 

Esto lo que quiere decir es que, si bien es inminente la digitalización, no es un hecho que todos los colombianos puedan acceder a los contenidos allí gestionados, por ende, refuerza la importancia de la televisión regional al ser la única que llega a zonas no cubiertas por otros medios, proporcionando información y entretenimiento a donde no alcanza el internet.

 

Esa es la importancia de que a los canales regionales lleguen profesionales que sepan de qué se trata la industria, y sobre todo que entiendan el papel de un medio público. No gente que busque dividendos o producir contenidos para competirle a Netflix.

 

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viernes, 9 de abril de 2021

¿Cultura Pa' todos?

 Cuatro meses y catorce días estuvo acéfala la Corporación de Cultura y Turismo de Armenia. Cuatro meses son mucho tiempo y hablan de las prioridades del alcalde.  

Por fin el pasado martes inició labores Diana María Giraldo, quien tiene la nada fácil tarea de ponerse al día y enfrentar el complejo momento por el que pasa  Corpocultura. Una entidad que ha sido sometida al escrutinio de una parte de los artistas y cultores, de la prensa y los investigadores sociales, encontrando irregularidades de contratación y élites de contratistas. —Qué curioso, los que gritan en las calles en contra de las “transnacionales” son los mismos que han montado un pequeño monopolio, hasta ahora blindado, en la entidad que rige la cultura de Armenia—.  

A boca llena han salido a decir algunos de los miembros de la que podríamos llamar rosca cultural cuyabra, que Armenia fue la única que tendió una mano a los artistas en época de pandemia, y a fe que así fue. Lo hizo con los recursos que le dejaron usar a Diana Rodríguez para ese menester, pero no con todo lo que pudieron haber puesto en convocatoria.  

De acuerdo con el plan de desarrollo de Armenia, la cultura tiene varias fuentes de financiación: recursos propios de  Corpocultura, Sistema General de Participación, espectáculos públicos, estampilla procultura y recursos propios del municipio. Según ese documento, para el cuatrienio hay un promedio anual de $2.549.299. De esa cifra, el valor proyectado de recursos propios de la alcaldía es de tan solo $118.000.000. Un aporte que depende —en su monto y posiblemente destinación— exclusivamente de la voluntad del alcalde.  

En una conversación con el maestro James González, exsecretario departamental de cultura y experimentado gestor cultural, hicimos unas cuentas generales del dinero público que se mueve en la cultura del Quindío, el panorama fue el siguiente: para el año 2020, por ejemplo, el ministerio de Cultura asignó mediante convocatoria pública alrededor de $2.150 millones, de esos, cerca del 60 % se queda en Armenia, es decir $1.290 millones. Por otra parte, el departamento, por mandato de las tan mentadas ordenanzas, sacó a convocatoria alrededor de $900 millones de los cuales un aproximado de $720 millones quedaron en la capital. Mientras que la ciudad de Armenia históricamente ha sacado a convocatoria $270 millones en promedio. Para el caso particular de 2020, lo hizo con $300 millones de estampilla y alrededor de $100 millones por espectáculos públicos —solo por pandemia—. Eso corresponde al 16.31 % del presupuesto total de la corporación. Un porcentaje que no hace honor al objeto de la entidad: “Promover, conservar, fortalecer y prestar servicios para el desarrollo artístico, cultural y turístico de Armenia”. Un porcentaje que, en todo caso, no alcanza ni siquiera a igualar las bolsas concursables de la nación o el departamento.  

¿Será que las élites de la cultura local, con estas cuentas, todavía piensan que Armenia le cumplió a todos?  

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viernes, 2 de abril de 2021

La inmensa plaza

Un discreto resultado arrojó una marcha programada por la red de teatro el pasado viernes 26 de marzo. —Hay que decir que red es solo un nombre, porque no agrupa a todos los miembros de esta área de las artes—. A través de ella y con un cuestionado cabecilla se realizan presiones para buscar espacios en las organizaciones culturales públicas, esto curiosamente se parece a las prácticas que han sido denunciadas en diferentes medios de comunicación e investigaciones en el último año. 

Escuálida fue la respuesta de los cultores y artistas, al punto que llevaron a los organizadores —si se les puede llamar así— a reclamar en público: “Hoy seguramente podríamos haber sido más, podríamos haber sido miles”. Dijo uno de los convocantes ante un auditorio disperso en la enormidad del espacio, la verdad es que apenas si fueron decenas, a los que la plaza Bolívar les quedó grande. 

Que tomen nota los políticos de cuántas personas -una gran cantidad de ellos menores de edad— componen las bases que realmente logran movilizar estos que se hacen llamar líderes; para que no coman cuento de los votos con los que suelen cañar en campaña. 

En este sainete, la trama cambia de rumbo como una veleta. En noviembre del año pasado, en una carta dirigida al gobernador, decían “Señor gobernador, reiteramos nuestro respaldo a su gestión y el respeto a las decisiones que como mandatario debe asumir; de igual manera, y con todo respeto, nuevamente le manifestamos nuestro respaldo a la gestión de Jorge Iván Espinosa como secretario de Cultura, entendiendo que su administración ha sido permeada por la coyuntura atípica por la que atraviesa el país entero.” La semana pasada, el mismo señor Espinosa invitaba a la marcha mediante mensajes de Whatsapp que decían: “Amigo, necesito de su solidaridad y gran apoyo, para participar en la MARCHA…” “…Es para protestar por las medidas del gobierno nacional para la cultura y el abandono de la gobernación a la cultura”. Mejor dicho, los invitó a protestar por su propia falta de gestión. 

Acto seguido a viva voz, en la inmensa plaza Bolívar, repetido por varios de los cabecillas, en un tono muy diferente al de la carta y casi con libreto en mano, despotricaban de la gestión departamental que hacía apenas unos meses respaldaban y a la cual ‘asesoraban’. Eso sí, comprensivos y halagüeños con el alcalde; quien les ha seguido la puesta en escena y… ¡qué coincidencia! ahora tiene contratado al señor Espinosa para la “Prestación de servicios profesionales para el apoyo al desarrollo de las actividades de la dirección de la Corporación de Cultura y Turismo de Armenia”. 

Zapping: Es curioso que los manifestantes reclamen que no les es suficiente la convocatoria de concertación y estímulos, antes de que se cumpla el plazo de su apertura, pero que fueran silenciosos y justificaran la extemporaneidad y reducción ilegal de los montos establecidos por las ordenanzas en otro momento. 

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