El Consejo departamental de cultura parece haber salido de escena —quisiera pensar que es por exceso de trabajo artístico y no por conveniencia política—, ya que guardan pasmoso silencio ante una serie de denuncias del sector que representan. La otrora capacidad crítica y beligerante se ha cambiado por una pasividad que raya con la negligencia.
Estos son algunos de los hechos que demuestran la afirmación. Por ejemplo, el artista plástico Juan Carlos García ha manifestado su inconformidad por la intervención a una obra de su autoría creada en el año 2012 bajo la técnica de alto relieve sobre tierra, en otras palabras, barranquismo.
La abusiva modificación de la obra, que se encuentra en el municipio de Montenegro, consistió en la intervención cambiando los tonos originales por otros más vívidos, lejanos a la estética propuesta inicialmente; en mi criterio en detrimento de la escultura al pasar del costumbrismo en tonos ocre metalizados, al naif de colores exagerados.
Dice el artista, creador de la obra Estampa Cafetera de 7,50 por 28 metros, que le han vulnerado sus derechos morales, toda vez de que sin su consentimiento intervinieron la obra, e incluso ha manifestado la intención de retirar su firma generando un hecho insólito que sentaría un precedente.
Consulté al encargado de las comunicaciones del alcalde Daniel Mauricio Restrepo sobre el tema, para confirmar cuál era la postura del gobernante sobre la denuncia del maestro Juan Carlos, sin embargo, después de saludar, al plantear las inquietudes me dejaron en visto —por algo será—. Según el artista cuando él, personalmente, le manifestó su inconformidad por la vulneración del derecho de autor que sufrió, la respuesta de la primera autoridad de Montenegro fue que “después de pagada la obra ya pertenece a la alcaldía y que ellos pueden hacer con ella lo que deseen”. ¡Tamaño despropósito! Se trata de un producto creativo, con un concepto, además, expuesto en espacio público y un proceso de apropiación ciudadana. No es un andén o un bolardo.
El Consejo Departamental de Cultura parece no haberse enterado o poco le importa el tema, ellos solo están pendientes de controlar las ordenanzas y vigilar las convocatorias, mejor dicho, de cuidar la teta.
Otro caso del que no conozco pronunciamiento alguno por parte del órgano ciudadano asesor de la cultura ni del Consejo de Patrimonio, es la reciente denuncia realizada por María Cristina Mejía, directora del Museo de Arte de Armenia y el Quindío, quien manifestó en un video en redes sociales el atropello a un bien público de interés cultural como es la zona de la estación del ferrocarril, espacio de ubicación del MAQUI, a donde la alcaldía está depositando materiales de construcción de vías, fomentando condiciones propicias para la vivienda informal de habitantes de calle, en una clara violación a la Ley 1185 del 2008 que pone bajo la responsabilidad del alcalde el cuidado de los bienes patrimoniales y sus zonas aledañas.
Consejos y Alcaldes: Dios los hace y ellos se juntan.
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