Los comunes andamos a pie, sin escoltas, ni prebendas; vivimos sin aspavientos ni estrategias de imagen. Los comunes no van por la vida explicando que lo son.
Asustados por las andanzas de sus excamaradas disidentes, el partido farc, ad portas de una campaña política que podría demostrar cuan impopulares son en Colombia, decidió cambiarse el nombre y lo justificó su máximo líder, nuestro coterráneo timochenko, diciendo en un tuit: “Quiero informarle a Colombia y a la comunidad internacional que apartir de hoy llevaremos el nombre de #COMUNES, porque somos un partido de gente del común trabajando por un país justo y con bienestar para la gente del común.”
¿Lo son? El líder de las farc, en transito a comunes, Rodrigo Londoño, ha manifestado en medios de comunicación que su esquema de seguridad sería reducido y que no cuentan con los viáticos para cumplir con sus múltiples correrías nacionales, sin embargo, Alfonso Campos, director de la Unidad Nacional de Protección, le dijo a W radio que “Los recursos están, pero lo que pasa es que tenemos que invitar a racionalizar. Casi el 75% de los recursos para viáticos está destinado para el expartido Farc”.
Es decir que son comunes con privilegios, comunes que exigen, comunes que tienen lo que la gente del común no; o sino, hacen un berrinche. Según el portal radiomacondo.fm las supuestas “talanqueras” de la UNP impiden a los exguerrilleros que “realicen su actividad política y las tareas relacionadas con la implementación del acuerdo”.
¡Ecolecua! Con la campaña política iniciando, el partido requiere desmarcarse de un nombre que para Colombia es sinónimo de infamia, masacres, secuestro y narcotráfico: las farc; entonces, se inventan un cambio al tiempo que posan de victimas. Así, ponen al país a hablar de ellos desde la perspectiva que eligieron y no desde las disidencias que amenazan con establecer, de nuevo, un régimen de terror armado mientras sus excompañeros de combate buscan votos.
Quisiera pensar que no está fríamente calculado, pero no lo consigo. A pesar de la estrategia política, “aunque se vista de seda la mona, mona se queda.”
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