Profesionalización

 De espaldas recibieron algunos artistas, el día de su graduación como profesionales en artes, el discurso del secretario de cultura de Antioquia. Esto debido a un ‘descuido’ de comunicación en la tarjeta de invitación al acto de clausura, en la que se les trató a los graduandos con poco tacto. 

 

En la pieza digital se leía: “…Inclusión es cumplir el sueño de 119 artistas que no habían tenido acceso a la educación y hoy se gradúan gracias a los recursos públicos.”

 

Traigo el tema a colación porque permite ilustrar el error de confundir la misión de las secretarías, más bien, en general de las administraciones públicas, con hechos políticos. Por ahí derecho, para generar una alerta, ya que en el Quindío está por iniciar un proceso similar.

 

La indignación de los artistas arrancó con un reclamo de Germán Carvajal, un trovador paisa con reconocimiento nacional, ya que perteneció, entre otros, a los Marinillos, grupo humorístico que estuviera en los mejores tiempos de la Luciérnaga de Caracol radio. 

 

En su cuenta de Tuiter Carvajal le respondió al  secretario: “No es que no tuviera educación, es que me faltaba el diploma. Propaganda miserable de @AlcaldiadeMed que desconoce los saberes e insulta la dignidad de los artistas. El secretario @AlvaroArtD tiene diploma, pero le falta educación”. A lo que respondió el secretario a través de WhatsApp: “La alcandía te pago tu profesionalización te reconoció tu experiencia, sin el recurso de la Alcaldía no estuvieras el 13 a punto de graduarte…”

 

Vamos por partes, la educación pública no se la inventó el alcalde Quintero, como para que salgan con semejante argumento; de hecho, la carrera está en la Universidad de Antioquia. Por otro lado, el tema no es necesariamente de plata, muchas veces es de tiempo o disposición o motivación, o todas las anteriores. Finalmente, el proyecto se viene desarrollando desde hace ya varios años, algunas veces con recursos del Ministerio de Cultura, otros de la Gobernación de Antioquia, otros con aportes de los mismos artistas. Mejor dicho, no es un mérito del gobernante. De esta perspectiva es que surge el malentendido, porque  al querer hacer ver la gestión como un hecho político mesiánico, para figurar —clásico de pinturita— descuidaron las palabras y los artistas se ‘delicaron’. 

 

Ahora bien, debo aclarar que no soy fan de las profesionalizaciones, soy consciente de que puede haber algunas personas que por adversidades de la vida no pudieron estudiar, pero en el camino se formaron y adquirieron gran conocimiento de manera empírica, o como fue la tradición de las artes a partir de maestros y pupilos —caso en el que no existe el diploma—, pero no es menos cierto que algunos otros prefieren el camino corto y  entonces resulta más ‘chévere’ estudiar 5 semestres y quedar certificado, que sacrificarse en tiempo, esfuerzo y dinero durante 8 o 10 semestres, eso para mí no es inclusión sino alcahuetería. Desde otra perspectiva conozco varios ‘comunicadores’ que se hicieron al título por cuenta de programas de profesionalización y se les nota mucho la falta de academia, como también a otros que no pasaron por la universidad y fueron o son verdaderos maestros.

 

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