El programa de inauguración de la televisión en Colombia, que recién cumplió 68 años el 13 de junio de 1954, incluyó una alocución presidencial, música, noticias y una adaptación del cuento El Niño del Pantano. Desde su nacimiento, en nuestro país, la televisión ha sido un medio heterogéneo, es decir, generalista, como se le conoce en el argot de los medios masivos de comunicación a los que se enfocan en audiencias amplias a partir de ofrecer múltiples géneros y formatos como parte de su catálogo de contenidos.
La cultura fue, desde el comienzo, medio y fin en la televisión nacional. “Medio” porque se usó como canal, como instrumento de otras formas culturales, por ejemplo, el teatro o la música. No hay que olvidar que el gran Maestro Olav Roots dirigió en vivo y en directo la Sinfónica Nacional. Y “fin” porque a partir de las características narrativas del,entonces, nuevo medio de comunicación se han ido creando —nótese que escribo en presente continuo— narrativas propias que hacen que la televisión misma se establezca como forma cultural.
A pesar de la evolución del medio, presentada en etapas por teóricos como Umberto Eco: paleotelevisión y neotelevisión y complementada por otros autores como Scolari con la hipertelevisión; las bases estructurales, respecto a los contenidos heterogéneos, se mantienen. En otras palabras, seguimos viendo noticieros, seriados, novelas, documentales, reportajes, realities, concursos, etc.
La televisión ha sido considerada como un fenómeno cultural y educativo desde su nacimiento y el surgimiento de nuevas alternativas mediáticas digitales, si bien ha ganado terreno, no la ha enterrado como muchos vaticinaron. Una publicación de Prensario Internacional demuestra que desde 2014 a la fecha la televisión por suscripción no solo no ha decrecido, sino que en algunos países de América Latina ha crecido levemente. Según los estudios de Ibope, la televisión en Colombia ha recuperado su audiencia, superando las cifras prepandemia “el consumo de TV abierta logró sobrepasar en casi 1% los niveles de 2019, pasando de 10,2 millones de personas diarias a 11,4 millones y de 3 horas a 3,4” afirmó Carolina Ibargüen, managing director de Kantar IBOPE Media en Colombia.
Esa Tv que efectivamente se está consumiendo, como lo acabamos de leer según Ibope, no es cine, ni audiovisual, es televisión. La aclaración es pertinente porque hay quienes creen que existe una jerarquía de medios y de géneros, de tal manera que dan mayor valor estético y narrativo a, solo por mencionar un ejemplo, el documental ‘para cine’ por sobre la noticia o el reportaje. Pero no, la magia de la televisión está en que no discrimina, está dispuesta para narrar historias desde cualquier género y abierta a la hibridación de formatos.
Hoy la línea divisoria entre un soporte de difusión y otro es muy delgada, al igual que línea estética y producción, puesto que el factor calidad, gracias a la digitalización y democratización de la tecnología audiovisual, no es exclusivo de ciertos medios. Lo que nos corresponde a los productores y realizadores es aprender a diferenciar los soportes y sus narrativas para aplicarlos según sea necesario, y no asumir posturas de superioridad.
¡Que sean muchos años más de televisión con múltiples formas de narrar!
Nos vemos en la red… y en la tele(0)