Lo que estamos viviendo en Colombia no se trata de una estrategia planificada ni de un grupo de asesores, nacionales o internacionales, que establecen los parámetros o las acciones del gobernante Gustavo Petro. ¡No! Se trata de la aplicación, en mi criterio, medio consciente, pero no estructurada; de casi todo el catálogo de los principios de la propaganda nazi.
Goebbels planteó 11 principios de propaganda política que han sido considerados como una guía para la manipulación y la persuasión, cuando se compara la realidad colombiana actual con la teoría fruto de los análisis goebbelianos nos encontramos con esto:
El principio uno se denomina de Simplificación y del Enemigo único: Consiste en reducir todo a un elemento simple, y en presentar al enemigo como único responsable de los problemas del país o de la sociedad. Para Petro el enemigo era Uribe, como éste le cambió el juego, se apartó y dejó de contradecirlo, entonces debió buscar uno nuevo. Ahora lo llama el enemigo interno y lo presenta como una amenaza para los intereses del pueblo y lo materializa en las normas, y en quienes le impiden actuar de manera arbitraria, también toma la forma del empresariado nacional, a quienes sataniza de manera constante.
Así, se puede decir que cumple también con el principio dos, llamado Método de Contagio: En este caso se trata de señalar de manera desobligante a quienes no comulgan con las propuestas del líder. Todo quien no esté con él está contra él y se constituye en enemigo, caso reciente, el de los Medios de Comunicación, basta con escuchar las declaraciones de la Min Salud: “Me parece preocupante y peligroso que Colombia esté sometido a un estado de opinión donde mediáticamente se decide si un proyecto de ley se presenta…” o el trino del Presidente donde tilda a los medios de “inmisericordes” por hacer visibles las repetidas salidas en falso del gobierno. Para ratificar el cumplimiento de este principio, las bodegas del “cambio” atacan a quien ose contrariar a su mesías.
El principio tres es el de Transposición y se refiere a atribuir a la oposición los vicios o defectos que se le reprochan al gobernante. Los ejemplos están por decenas, para la muestra, el botón de la vicepresidenta viajera y su Uber ‘cotero’. A lo que salieron a responder los del cambio: que si los hijos de Santos también lo usaban, que si los viajes familiares de Duque a Panacaca y etc.
El principio número cuatro es el de la Exageración y consiste en presentar los hechos de manera sobredimensionada, para llamar la atención del público y justificar la necesidad de tomar medidas extremas. Dejemos que un trino de Humberto de la Calle ilustre la situación: “Ni el carbón de Colombia puede destruir la humanidad ni el sistema de salud es el más malo del mundo. La exageración no es una buena hoja de ruta. Petro ganó. Tiene derecho a gobernar. Pero esa llamada campaña permanente es nociva. Cambio sí, pero cambio basado en la evidencia.”
Como el espacio se terminó y nos quedan algunos principios que explican muy bien la manera como se están dando las cosas en el país, en particular el número siete, continuaré en la próxima columna con Petro a la luz de Goebbels.
Nos vemos en la red (0)
No hay comentarios:
Publicar un comentario