Se vienen unas campañas territoriales en las que las redes sociales, nuevamente, serán la plataforma predilecta para la comunicación electoral. La diferencia está en que en este proceso que se avecina, Tik Tok podría tener más protagonismo que en la pasada contienda.
Ya en las presidenciales de 2022, Tik Tok, que ha evolucionado respeto a la tipología de contenido predominante y la segmentación de audiencias, jugó un papel importante para el posicionamiento de imagen de los candidatos. Rodolfo Hernández, por ejemplo, fue presidente en dicha plataforma, al punto que puso a los demás candidatos a hacer el ridículo en busca de igualarlo en ese terreno. Cómo olvidar los bailes de Oscar Iván Zuluaga. También está la lapidaria frase del candidato Petro sobre las banderas de la corrupción que logró enarbolar el Ingeniero Rodolfo en la red social: “Aquí necesitamos muchos jóvenes que hagan Tik Toks” dijo el candidato Petro y posteriormente infestó los medios con la premisa: “la corrupción no se combate con frases en Tik Tok”. —¿Al fin qué?—.
Así pues, la política colombiana está experimentando cambios en su forma de comunicar debido a la influencia de las redes sociales y las nuevas tendencias digitales. No solo en la comunicación electoral, sino también en la de gobierno.
Tradicionalmente los contenidos institucionales, puestos en plataformas en línea, se han caracterizado por ser largos y cuidadosamente producidos, pero recientemente se han observado incursiones más dinámicas y adaptadas a las narrativas de las redes sociales, generando revuelo e interés entre los internautas. Esta adaptación busca conectar con el público y transmitir mensajes políticos de manera más cercana y efectiva.
Los políticos en campaña utilizan Tik Tok para fortalecer su marca personal y lucir más humanos y cercanos. Sin embargo, es importante tener en cuenta que, no todos los candidatos son aptos para esta plataforma, que exige un mensaje más coloquial y directo que no todos logran transmitir.
Esta tendencia de utilizar Tik Tok como una plataforma política plantea riesgos comunicacionales, por ejemplo, la sobre simplificación del mensaje político, que lleva al politainment banal; sin embargo, también representa grandes ventajas, al utilizar el lenguaje propio de la plataforma se facilita la penetración del mensaje y su conexión con otros tipos de audiencia. Por supuesto se requiere de un equipo de comunicación que tenga claro el discurso del candidato y las características narrativas de la plataforma para no caer futilidades.
¿En qué andarán nuestros políticos regionales? Veremos si en la próxima columna lo descubrimos.
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