No es casualidad que las redes sociales me estén recordando que mi generación va llegando al medio siglo, más de uno de mis contactos anda celebrando. Tampoco es coincidencia que sea en este mes, según la ONU septiembre es cuando más cumpleaños se festejan, en especial el 9, 12 y 19.
Aunque cabe un margen de tiempo dentro de esta generación, hoy me animé a escribir sobre los cincuenta porque este año los cumplen quienes nacieron en 1973, año inmortalizado en las letras del clásico de Poligamia, escritas por Andrés Cepeda y Federico García y que llaman a la nostalgia, generan identificación y mucha euforia al escucharlas.
“Yo nací con mis vecinos” inicia la canción recordando que en ese entonces jugábamos en las calles del barrio: bota tarro, canicas, tin tin corre corre, hacíamos comitivas y armábamos campamentos con sábanas y con guaduas. “Cuando hablar era un peligro allá en el 73”. A esta generación nos tocó presenciar, como adolescentes, la violencia del narcotráfico, las bombas, los atentados y la opulencia de los capos. Después, la canción hace referencia a una sociedad conservadora, arribista y poco reflexiva en esa época.
La nostalgia temprana apura en el coro: “Es la historia de mi generación/Decime a dónde vamos/Mi ciudad ya no es la misma canción/Presiento que este cuento no acabó” y cae rápido en un recuento magistral de hitos imposibles de borrar de la mente de quienes hoy vemos a los protagonistas de estos infames hechos sentados en el capitolio: “Se tomaron la embajada/Se tomaron el palacio/Yo los vi en televisión”. En esa pantalla chica, joven aún, recién coloreada, que igual mostraba tanques, y niñas entre lava y lodo; que escarabajos (ciclistas para los centenials)coronando cimas y partidos de futbol que despistaban incautos mientras el país ardía.
La tensión del orden público nacional baja en la lírica, para hacer una metareferencia: “Cuando ya me enamoraba, las muchachas escuchaban/Disque rock en español”. Ese que los inspiró a escribir esta emblemática canción; pero pronto se vuelve a la realidad convulsionada de la nación: “Y las bombas reventaban mientras tanto relataban/Una gran constitución”.
“Mi generación” nos pone los pelos de punta a muchos de los que nacimos por esas fechas, es un recordatorio del poder del arte, para no dejar olvidar, para transportar en el tiempo, para mantenerse joven, como prometen Cepeda y García cuando dice: “Yo nací con mis vecinos/Cuando hablar era un peligro
Allá en el 73/Y aunque pase mucho tiempo/Juraremos no estar viejos/Para amarnos otra vez.” Felices cincuenta a mi generación.
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