En la era digital, muchas horas humanas se desperdician frente a las pantallas, mientras las plataformas buscan de manera desesperada mantener la atención de los usuarios, lo que ha dado lugar a una tendencia en la creación de contenido conocida como fast content. Este término hace referencia a la producción y consumo de piezas comunicativas rápidas y efímeras que casi son la norma en las redes sociales y plataformas digitales. El fast content se esfuerza por captar la atención del espectador en cuestión de segundos.
Varias características tiene este tipo de contenido. En primer lugar, su brevedad, que lo distingue de otros productos más extensos y detallados. El fast content es conciso y directo, lo que facilita su consumo en dispositivos móviles durante las actividades cotidianas. Además, tiende a ser altamente visual y atractivo, utilizando elementos como imágenes y videos llamativos y cortos con titulares impactantes para atraer a la audiencia.
Otra característica es la rapidez con la que se produce y publica el fast content. Las marcas y creadores suelen generar material de forma constante y regular para mantenerse al día en las redes sociales y captar la atención de sus seguidores. También, busca adaptarse a las tendencias del momento, que son efímeras y vertiginosas. Esto significa que puede cambiar rápidamente para reflejar lo que está de moda, lo que lo convierte en una herramienta efectiva para mantener la vigencia en el frenético mundo digital.
El fast content busca provocar una respuesta inmediata de la audiencia, ya sea en forma de Me Gusta, comentarios, compartidos o participación en línea, es decir, provocando interactividad, característica número uno de la comunicación digital. Esta rapidez plantea desafíos éticos, especialmente cuando se trata de la veracidad y la responsabilidad en la difusión de información. El equilibrio entre la brevedad y la calidad del contenido es una cuestión que los creadores y las plataformas digitales deben abordar cuidadosamente.
He estado estudiando las tipologías audiovisuales emergentes en TikTok y ciertamente, ajustadas a las características ya descritas del fast content, aparecen varias nuevas formas audiovisuales que ameritan ser analizadas. Una de ellas, los Non playable characters, NPC por su siglas en inglés, una categoría que provine de los videojuegos, pero que se está popularizando —eso sí, no sé por cuánto tiempo— en las plataformas de video.
Los NPC han ganado popularidad en TikTok al permitir a los creadores actuar como personajes secundarios sin trama definida en sus emisiones en vivo. Esto hace que presenten reacciones básicas ante estímulos enviados por los usuarios, lo que redunda en la monetización en línea como fenómeno esencial de esta tipología. Así, los creadores reciben ‘regalos’ de sus seguidores durante sus intervenciones al aire, generando ganancias significativas. Esto no deja de ser objeto de valoraciones morales y éticas que se cuestionan por la dignidad humana, los fetiches y la lucidez mental.
La tendencia de los NPC también plantea inquietudes sobre la autenticidad en línea y cómo las plataformas digitales recompensan a aquellos que pueden mantener la atención de una audiencia en constante cambio, incluso con actitudes pasivas y robóticas como las de esta tipología.
Nos vemos en la red (0)
No hay comentarios:
Publicar un comentario