Para escribir esta columna, frente a la página en blanco, me debatí entre responder a dos de mis contactos en redes sociales sus mordaces o sarcásticos cuestionamientos. Hace un par de días Daniel García Colorado preguntó en Twitter (me niego a cambiarle el nombre) “¿Por qué al periodismo corporativo no le molesta la pauta oficial, pero si le incomoda la pauta a través de influercers? Y unos días antes mi amigo y columnista de este diario, Jorge López, fue quien publicó: “A mí me parece genial que haya zurdos, incluso tengo amigos así y los quiero mucho, pero que cojan el tenedor con la mano izquierda en su casa, no en un restaurante normal a la vista de niños. O que se vayan a restaurantes para zurdos.” La respuesta a mi ‘encrucijada del alma’ me la trajo el calendario. Justo esta semana, el 13 de agosto, se celebró el día de nosotros los zurdos. Sí, así, egocéntrico y altivo, orgulloso y felizmente zurdo.
Aunque, porque lo conozco, sé que la publicación de López es parte de su negro humor, debo confesar que incluso a los zurdos nos da impresión ver a otros zurdos usar los cubiertos o instrumentos de cocina, e incluso más que el tenedor, el cuchillo genera cierto tipo de sospecha. Toda la vida viendo, al menos, el noventa por ciento de quienes nos rodean usando como mano dominante la derecha, genera un choque mental que produce ese efecto. Bueno, ese es justamente el plus de los deportistas zurdos, la costumbre le juega una pasada a sus contendores que esperan la acción por otra lateralidad.
Ante la evidente discriminación, y por la conmemoración del Día del Orgullo Zurdo (nada más izquierdo que el día del orgullo zurdo) me puso a pensar López sobre cómo sería un restaurante para siniestros, aunque recibiríamos a diestros y… los ‘adiestraríamos’(suena tambor de chiste malo).
Bienvenidos a ‘Orgullosamente zurdo’, que su paladar no se entere lo que hace la mano izquierda. Si requiere del baño, antes de iniciar su experiencia, diríjase por favor al fondo a la izquierda. Deposite allá todas sus inmundicias.
Siga por aquí, en nuestro menú podrá encontrar nuestras delicias gastronómicas, ¿sabe usted leer de derecha a izquierda? Si no, pida ayuda a uno de nuestros Oompa Loompas, ellos están aquí por su voluntad. Una vez tenga su pedido, amarre su mano derecha a la espalda y escríbalo en el cuaderno en espiral con la pluma de tinta húmeda y fluida, como la tinta de nuestros calamares. Recórtelo con las tijeras (para zurdo por supuesto) y deposítelo en buzón que está al lado izquierdo de su silla.
Sepa que todos nuestros platos incluyen enlatados, encontrará con qué abrirlos en el cajón del lado izquierdo de su mesa. ¡Esperamos que sepa cómo usarlo! Y agradezca que la papas las pelan nuestros cocineros. Disfrute de nuestras delicias: La Crema a Contramano, Los Nachos Siniestros, La Pasta al revés, La ensalada ambidiestra y el Sushi desviado.
Cuidado al salir, las puertas tienen la chapa a la derecha, pero no se preocupe si se enreda, aquí no juzgamos a las personas corrientes.
A García Colorado le responderé en una próxima columna.
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