En un reciente artículo publicado por NiemanLab, se revela cómo The New York Times (NYT) ha estado experimentando con la integración de algoritmos para la selección de contenidos en su página de inicio. Este sistema híbrido plantea hacer más eficiente el proceso editorial, sin perder de vista la relevancia periodística de cada historia. Aunque el uso de algoritmos en los medios no es nuevo, la forma en que NYT está abordando esta fusión entre la automatización y el juicio editorial es, cuanto menos, intrigante.
El diario, que publica más de 250 historias diarias, ha optado por utilizar algoritmos que filtran y organizan el contenido, pero con una condición: los editores humanos tienen la última palabra. Según el NYT, su meta no es reemplazar la intervención humana, sino complementar la toma de decisiones con datos. De este modo, los algoritmos ayudan a clasificar las noticias más relevantes y los editores intervienen para asegurar que los temas más importantes ocupen los lugares de mayor visibilidad. Incluso tienen la facultad de "anclar" historias en la parte superior, anulando cualquier recomendación algorítmica.
A primera vista, este enfoque parece intrépido y revolucionario: aprovechar el poder de los datos para optimizar la curaduría, sin sacrificar el análisis crítico y el contexto que solo los humanos pueden aportar. Pero surge una duda importante: ¿cuánto tiempo podrá mantenerse este equilibrio? Si bien el NYT insiste en que el juicio editorial sigue siendo esencial, la tendencia en otros sectores advierte que, con el tiempo, la dependencia de la tecnología puede terminar desplazando el criterio humano.
El verdadero peligro no está en que los algoritmos estén ayudando a organizar la página de inicio hoy, sino en que en un futuro próximo el rol de los editores pueda volverse meramente testimonial. Es decir, que terminen como simples espectadores de decisiones automatizadas.
Además, no se puede perder de vista que los algoritmos, por muy entrenados que estén, no están exentos de sesgos. Estos sistemas aprenden de patrones de comportamiento previos y carecen de capacidad de interpretación y contexto. Características propias de un editor humano.
La noticia más vista no es siempre la más importante, por ejemplo suele pasar que el entretenimiento y el amarillismo se llevan la mayor cantidad de clics. Así pues, la capacidad de discernir entre la relevancia inmediata y el impacto a largo plazo es algo que, por ahora, solo los seres humanos podemos hacer.
Nos vemos en la red (0)