jueves, 19 de diciembre de 2024
Colombia en los Premios TAL
Hoy a las 18:00 horas Colombia, se celebrará la ceremonia de los Premios TAL 2024, un evento se propone destacar lo mejor de la televisión pública y cultural de América Latina. TAL, la unión de canales públicos y culturales de la región, es más que una red: representa un espacio de cooperación, intercambio y fortalecimiento entre este sector de las industrias creativas y culturales. Desde su creación, ha sido el motor para integrar en la diversidad, apostar por la innovación estética y defender la soberanía audiovisual de nuestros países, ofreciendo contenidos que reflejan las identidades y realidades de la región.
Colombia tiene una presencia notable en esta edición, demostrando la vigencia y productividad de nuestros medios públicos. En el marco de estos premios, el país está representado por producciones que abarcan desde documentales hasta programas infantiles, ficción y podcasts. Este panorama es el reflejo del talento de nuestros realizadores y la perseverancia de las instituciones que apuestan por contenidos alternativos a los medios ofrecidos por los medios comerciales.
Entre las nominaciones esta noche se encuentran Diálogo de saberes - Temporada 2, de Minciencias, en la categoría de serie documental, una propuesta que combina conocimiento y narrativa. En el documental unitario, Toro, de RTVCPLAY, que narra la historia de Hernando Toro, “quien inició su carrera de fotógrafo estando preso por narcotráfico en Barcelona. Durante más de una década, desde una celda que convirtió en un estudio profesional, tomó miles de retratos a quienes, como él, vivían tras las rejas”. En la categoría infantil, Frailejón Ernesto Pérez y el acecho de las sombras siniestras, de Señal Colombia, no solo es un favorito entre los niños, y ahora, adultos, sino un ejemplo de cómo el entretenimiento puede ser profundamente educativo y significativo.
En el Quindío también dice presente con el podcast Común-mente, producido por el grupo de investigación homónimo de la Universidad del Quindío y postulado por el Canal universitario Zoom – Programa que tengo el privilegio de Producir. Este proyecto compite en la categoría Universo sonoro-Podcast. Por su parte, Telecafé compite con La Parcela. En general, Colombia tiene amplias posibilidades de hacerse con un número significativo de galardones, no solo por ser el país con más nominaciones, sino por la calidad y trascendencia de sus productos.
La ceremonia de los Premios TAL es un homenaje a la importancia de la televisión pública como herramienta para fortalecer nuestras democracias, construir identidad y ofrecer contenidos de calidad que trasciendan fronteras. Mientras esperamos los resultados, ya podemos decir que somos ganadores al ser parte de esta red que apuesta por la cooperación y el compromiso social.
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¿Visión revolucionaria o estrategia calculada?
En una entrevista con la revista WIRED, Tim Cook dejó ver una narrativa que busca posicionar a Apple como el posible salvador del futuro tecnológico de la humanidad. Pero, detrás de esta calculada premisa, surgen preguntas sobre las intenciones y las implicaciones de las decisiones estratégicas de la compañía.
Cook afirma que la prioridad de Apple no es ser el primero en el mercado, sino el mejor. Este premisa, que ha servido a la compañía desde los tiempos de Steve Jobs, suena bien, pero ¿esconde un rezago? Mientras sus competidores en inteligencia artificial (IA) generativa, como OpenAI o Google, han acaparado titulares y avances significativos, Apple parece haber llegado tarde a la fiesta con su “Apple Intelligence”. ¿Es realmente una estrategia pensada, o la compañía está jugando a ponerse al día en un terreno donde lo estaba dejando el tren?
Por otro lado, Apple presenta su entrada al sector de la salud como un avance que redefine vidas. Los ejemplos del Apple Watch y las futuras capacidades de los AirPods para abordar problemas auditivos parecen ser parte de una cruzada altruista. Sin embargo, estos avances están integrados en un ecosistema cerrado, lo que plantea una cuestión importante: ¿esta "democratización de la salud" no es, en realidad, una dependencia reforzada hacia los productos de Apple? Al final, quienes accedan a estos beneficios lo harán bajo los términos de un sistema hermético, dejando a los consumidores atrapados en su red.
Cook también enfatizó en la privacidad como un pilar central de su visión de Apple. Dedo reconocer y destacar la promesa de mantener los datos de los usuarios fuera de la nube y protegerlos en dispositivos o centros de datos "seguros".
Otro punto tratado en la entrevista es el dilema ético de la tecnología en nuestras vidas. Tim Cook aceptó que los dispositivos como el iPhone pueden ser una distracción para sus usuarios y abogó por herramientas como Screen Time para fomentar un uso más saludable. Lo que de cualquier forma no garantiza el buen uso sino, más bien, suena a lavado de manos, algo así como: “se lo advertí”.
Así pues, la apuesta de Cook por el futuro de Apple en el sector de la salud, aunque ambiciosa, no está exenta de riesgos. En un panorama donde las grandes tecnológicas enfrentan crecientes críticas y demandas antimonopolio, es válido preguntarse si este giro hacia el bienestar es una auténtica misión de cambio o un intento por diversificar su legado ante las presiones regulatorias y las demandas de innovación.
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Google: Víctima de su éxito.
Esta semana se conoció el fallo de un juez federal en Estados Unidos que declara a Google como monopolio en el ámbito de las búsquedas en internet, lo que marca un hito en la lucha contra las prácticas de las grandes tecnológicas. El gigante de Silicon Valley, que controla más del 90% del mercado de búsquedas, enfrenta ahora la posibilidad de desmembrarse, como sugiere la propuesta del Departamento de Justicia que exige la venta de su navegador Chrome.
La sentencia no es solo un ataque al poder de mercado de Google, sino también una llamada de atención sobre el impacto de su modelo de negocio en la innovación tecnológica y la competencia. Durante años, Google ha mantenido su posición mediante acuerdos multimillonarios con fabricantes como Apple y Samsung, asegurando su posición como motor de búsqueda predeterminado. Esta estrategia, aunque legal, tiene matices anticompetitivos al torpedear la entrada de nuevos jugadores al mercado.
Si bien Google argumenta que su éxito proviene de la superioridad de su servicio, este argumento no convence a todos los interesados en el tema. La ventaja competitiva de Google no solo se basa en la calidad de su buscador -que sí que la tiene- sino en su capacidad para acumular datos masivos que alimentan un círculo virtuoso: más datos generan mejores resultados, lo que a su vez atrae más usuarios y consolida su dominio. Según varias publicaciones especializadas, competidores como Bing o DuckDuckGo no cuentan con los recursos para romper esta dinámica, lo que limita seriamente la innovación en el sector.
Sin embargo, el verdadero reto no está únicamente en la resolución judicial, sino en el mensaje más amplio que envía sobre el poder de las grandes tecnológicas en nuestra vida diaria. ¿Qué tan sostenible es depender de un solo jugador para acceder al conocimiento global? En un contexto donde la inteligencia artificial redefine las reglas del juego, la diversidad de actores no es un lujo, sino una necesidad imperante para garantizar el progreso y la equidad tecnológica.
Estas medidas reflejan una tendencia global hacia una regulación más estricta del poder tecnológico. Aunque la intención es ampliar las opciones para desarrolladores y usuarios, surge la pregunta de si este tipo de control excesivo podría, en última instancia, limitar la autonomía de los consumidores al imponer soluciones regulatorias que compliquen, por exceso, su capacidad de elección.
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martes, 3 de diciembre de 2024
El éXodo
El éxodo de algunos medios de comunicación de la plataforma Twitter (X), reabre el debate sobre ¿cómo habitar un entorno digital cada vez más hostil sin renunciar a los valores del periodismo? La decisión de abandonar la red social, tomada recientemente por medios como The Guardian, Dagens Nyheter y La Vanguardia, refleja la creciente insatisfacción con las dinámicas de desinformación que proliferan en estas plataformas. Sin embargo, esta salida no me deja del todo la idea de pulcritud que pretenden implantar los medios salientes.
Por un lado, es indiscutible que Twitter, bajo la administración de Elon Musk, ha ampliado los márgenes para la difusión de teorías conspirativas y contenidos polarizantes. La reducción de la moderación en nombre de la "libertad de expresión" ha puesto en el centro del debate el equilibrio entre el derecho a opinar y la necesidad de combatir la desinformación. En un contexto donde movimientos negacionistas e instauradores de narrativas antidemocráticas pescan en río revuelto, la retirada de los medios puede interpretarse como un acto de resistencia ética. Dejar de alimentar estas plataformas con contenido legítimo puede ser una forma de no legitimar un ecosistema tóxico que perjudica la deliberación democrática.
Sin embargo, ¿cuáles son las consecuencias de abandonar un espacio donde todavía habita una parte significativa de la audiencia? Según Stephen Barnard, especialista en manipulación mediática, la salida de los medios de X tendrá un impacto limitado en términos de tráfico, ya que otras plataformas generan más visitas a los sitios de noticias. Aun así, hay un costo simbólico: el alejamiento puede ser leído como una renuncia a disputar la narrativa en el mismo campo de batalla donde la desinformación avanza sin freno.
Desde una perspectiva comunicacional, este movimiento plantea interrogantes sobre las estrategias futuras del periodismo. Las redes sociales, alguna vez aliadas en la construcción de comunidades y el fortalecimiento de la interacción con las audiencias, se han convertido en armas de doble filo, que impulsan los contenidos, pero a la vez acaparan el tráfico de las audiencias. Así, los medios, al abandonar plataformas como Twitter, enfrentan el desafío de reinventar su relación con el público, apostando por espacios más seguros y responsables, allí surgen propuestas como Bluesky o Mastodon, aunque estos todavía carecen de influencia masiva y a juzgar por los lánguidos resultados de Truth (Trump) y Threads(Meta) la apuesta no será fácil.
La decisión de quedarse o irse de Twitter no es sencilla, ni debe ser evaluada con simplismos. Es una elección estratégica que cada medio toma en función de sus principios y necesidades, incluso, de afán de figuración. Sin embargo, lo que está claro es que, en este panorama de crisis de credibilidad y desinformación, la prensa tiene el deber de no claudicar en su misión de informar y desmentir bulos. Como ciudadanos, nuestro deber esexigir un periodismo que, independientemente del canal que utilice, siga siendo la primera opción frente a la manipulación informativa.
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Audiencias y Periodismo Digital
En un mundo donde el periodismo enfrenta una transformación sin precedentes, el papel de la audiencia es relevante. Afirma Ana Isabel Rodríguez Vázquez (2024) que las audiencias ya no son meros receptores pasivos de información, sino actores estratégicos que impulsan la evolución de los medios. Este cambio de paradigma exige que los medios de comunicación pongan a las audiencias en el centro de su estrategia, un desafío tan estimulante como inevitable.
El artículo resalta que los medios digitales están adoptando el modelo de “audience-first” para adaptarse a las demandas de transparencia, credibilidad y contenido de calidad que exigen los usuarios actuales. Esta orientación es más que una moda; es una condición esencial para la sostenibilidad del periodismo en la era digital. En un entorno de creciente desconfianza y desinformación, la transparencia y la ética se han convertido en los pilares que pueden reconstruir la relación entre los medios y sus audiencias.
Sin embargo, el reto no es sencillo. La búsqueda de clics y la presión por obtener viralidad pueden desvirtuar la calidad informativa y la profundidad del contenido. Estos autores advierten sobre el riesgo de caer en una lógica de clics que priorice la popularidad por encima de la integridad periodística. Aquí es donde entra el concepto de engagement o compromiso de calidad: se trata de conectar emocional e intelectualmente con los usuarios, construyendo una relación sólida que valore tanto la información rigurosa como la participación activa de las audiencias.
Otro aspecto clave en este estudio es el impacto de las redes sociales en la configuración de estas nuevas dinámicas. Las plataformas sociales ofrecen a los medios oportunidades para experimentar con nuevos formatos y llegar así a públicos más jóvenes. Pero también presentan desafíos, como la lucha contra la desinformación y la necesidad de gestionar los datos de manera ética.
En el centro de este tipo de debate ha estado, por ejemplo, la revista Semana, que desde hace un par de años vieneaplicado el uso del clickbait, una estrategia que consiste en crear titulares sensacionalistas o inconclusos para captar la atención del usuario y hacer que haga clic en un enlace. Este enfoque suele exagerar o distorsionar la información, generando expectativas que rara vez se cumplen al leer el contenido completo. El clickbait, aunque puede aumentar temporalmente el tráfico, también puede perjudicar la credibilidad del medio y contribuir a la desinformación, ya que prioriza la atracción inmediata sobre la calidad o la precisión de la información presentada.
Si se pone en riesgo el más preciado de los valores del periodismo se abre la puerta para que prosperen estrategias de desprestigio a los medios como la filtrada por, precisamente, la revista Semana, donde Gustavo Bolívar confiesa que hay un plan sistemático para minar la credibilidad de los medios cuando afirma: “Todas estas campañas que se han hecho contra Caracol, RCN, Semana, pues han dado resultado”.
La prioridad, pues, es entender las expectativas y necesidades de las audiencias, ofreciendo un periodismo que no solo informe, sino que motive a un consumo crítico de los medios.
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Pajar Digital
Hoy, y cada primer jueves de noviembre, se celebra el Día Mundial de la Preservación Digital, una fecha que pone en primer plano un desafío fundamental para nuestra época: la preservación de la gran cantidad de información y contenido cultural que, cada día, se genera y almacena en plataformas digitales. El llamado de atención de esta fecha no solo invita a reflexionar sobre los aspectos técnicos de la conservación digital, sino también sobre su importancia cultural y social en un mundo donde cada vez más aspectos de la vida se inscriben en lo digital. Así, la preservación de estos registros se convierte en un acto de responsabilidad con la memoria e identidad.
La preservación digital enfrenta múltiples desafíos. Desde el avance vertiginoso de la tecnología hasta los problemas de compatibilidad de formatos y el posible deterioro de los dispositivos de almacenamiento, la tarea de conservar el legado digital exige una intervención constante y coordinada entre instituciones, gobiernos y usuarios. En este sentido, la Digital Preservation Coalition (DPC) resalta que la preservación digital es, más que una acción técnica, un acto de compromiso con la historia humana, en el que se asegura la disponibilidad de nuestro conocimiento y cultura para futuras generaciones.
La conservación de documentos digitales es fundamental para el estudio y el análisis de la cultura contemporánea. Al igual que las bibliotecas y archivos tradicionales que resguardan manuscritos, periódicos y registros históricos, el espacio digital es hoy el depósito de nuestra identidad cultural y mediática. Sin embargo, la naturaleza efímera de muchos de estos contenidos –desde publicaciones en redes sociales hasta producciones audiovisuales y archivos sonoros– plantea preguntas sobre su perdurabilidad. Por un lado, la rápida evolución y obsolescencia de las plataformas y tecnologías puede llevar a la pérdida de información relevante sobre nuestros tiempos por falta de acceso a dispositivos de lectura -trate de sacar un archivo de un disquete de 3.5 pulgadas en este momento-. Por otro lado, la gran cantidad de información hará difícil encontrar lo verdaderamente relevante entre tanta ‘basura’ que puede haber, algo así como “una aguja en un pajar”.
La preservación digital actúa como una forma de defensa
frente al olvido cultural, funcionando como una "arqueología digital" que permite conservar y entender nuestro legado en la era de las tecnologías emergentes. Es fundamental que tanto los medios como las instituciones académicas se involucren en proyectos de archivo y conservación para asegurar la integridad de la historia que se produce y distribuye en digital.
Además, en un contexto de postverdad y desinformación, la conservación de documentos digitales originales y verificables podría convertirse en un escudo frente a la manipulación histórica y el revisionismo arbitrario. Cada documento conservado se convierte en un testimonio de los valores y narrativas de nuestro tiempo.
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