En una entrevista con la revista WIRED, Tim Cook dejó ver una narrativa que busca posicionar a Apple como el posible salvador del futuro tecnológico de la humanidad. Pero, detrás de esta calculada premisa, surgen preguntas sobre las intenciones y las implicaciones de las decisiones estratégicas de la compañía.
Cook afirma que la prioridad de Apple no es ser el primero en el mercado, sino el mejor. Este premisa, que ha servido a la compañía desde los tiempos de Steve Jobs, suena bien, pero ¿esconde un rezago? Mientras sus competidores en inteligencia artificial (IA) generativa, como OpenAI o Google, han acaparado titulares y avances significativos, Apple parece haber llegado tarde a la fiesta con su “Apple Intelligence”. ¿Es realmente una estrategia pensada, o la compañía está jugando a ponerse al día en un terreno donde lo estaba dejando el tren?
Por otro lado, Apple presenta su entrada al sector de la salud como un avance que redefine vidas. Los ejemplos del Apple Watch y las futuras capacidades de los AirPods para abordar problemas auditivos parecen ser parte de una cruzada altruista. Sin embargo, estos avances están integrados en un ecosistema cerrado, lo que plantea una cuestión importante: ¿esta "democratización de la salud" no es, en realidad, una dependencia reforzada hacia los productos de Apple? Al final, quienes accedan a estos beneficios lo harán bajo los términos de un sistema hermético, dejando a los consumidores atrapados en su red.
Cook también enfatizó en la privacidad como un pilar central de su visión de Apple. Dedo reconocer y destacar la promesa de mantener los datos de los usuarios fuera de la nube y protegerlos en dispositivos o centros de datos "seguros".
Otro punto tratado en la entrevista es el dilema ético de la tecnología en nuestras vidas. Tim Cook aceptó que los dispositivos como el iPhone pueden ser una distracción para sus usuarios y abogó por herramientas como Screen Time para fomentar un uso más saludable. Lo que de cualquier forma no garantiza el buen uso sino, más bien, suena a lavado de manos, algo así como: “se lo advertí”.
Así pues, la apuesta de Cook por el futuro de Apple en el sector de la salud, aunque ambiciosa, no está exenta de riesgos. En un panorama donde las grandes tecnológicas enfrentan crecientes críticas y demandas antimonopolio, es válido preguntarse si este giro hacia el bienestar es una auténtica misión de cambio o un intento por diversificar su legado ante las presiones regulatorias y las demandas de innovación.
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